sábado, 24 de abril de 2021

La militancia a favor de la muerte

 

NecroPROselitismo





Hace ya unos días estamos siendo testigos de lo peor de la política argentina. El conservadurismo oligarca, como en incontables ocasiones a lo largo de nuestra historia, vuelve a hacer política con la muerte.

La segunda ola de la pandemia de COVID está produciendo un desastre sanitario y socioeconómico en nuestro país. El último DNU firmado por el Presidente de la Nación, tuvo por fin evitar la catástrofe, aún así hay en promedio 27.000 contagios diarios y lamentablemente rompimos el récord de fallecidos diarios. Ayer se traspasó la barrera de los 500.

Ante esta situación la Alianza Neoliberal Conservadora, llama a la desobediencia civil y a no acatar el DNU y las restricciones que establece, en particular la suspensión hasta fin de mes de la presencialidad en las escuelas en el AMBA. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, gobernada por el conservadurismo amarillo, no acató dicha restricción y los/as pibes/as siguen concurriendo a los establecimientos educativos con el riesgo que eso conlleva. Los/as chicos/as no se “teletransportan” hacia las escuelas, deben utilizar el transporte público en donde el virus circula a sus anchas. Si un chico/a se contagia de COVID en un colectivo, tren o subte, le puede transmitir el virus a sus compañeros/as, a sus docentes y a su grupo familiar, multiplicando aún más los casos. Es sabido que las mutaciones del virus, que dieron lugar a nuevas cepas, comenzaron a afectar a los/as pibes/as, que no solamente contagian, ahora también se enferman y sus vidas están en serio riesgo.

Desde ya que el aprendizaje presencial es insustituible, hay contenidos que no pueden ser aprendidos virtualmente, pero estamos en una situación inédita y extraordinaria que podría llevar al país a vivir situaciones similares a las de Brasil o India en donde las morgues y los cementerios no llegan a almacenar y a enterrar a los muertos por esta terrible enfermedad que viene asolando al mundo desde diciembre de 2019. El desgobierno porteño que ahora, de forma canallesca y con una clara intencionalidad política, “se preocupa por la educación”, es el mismo que viene boicoteado desde siempre a la educación pública bajando de forma sostenida el presupuesto educativo, dejando que las escuelas públicas se derrumben por falta de mantenimiento, cerrando establecimientos y dejando “oxidar” las netbooks que le permitirían a incontables pibes/as poder continuar con su formación a distancia hasta que se logre bajar los casos, para luego volver a asistir al colegio de forma presencial. Desde que el PRO gobierna la ciudad, no construyó ni una escuela, como así tampoco hospital o centro de salud alguno, por lo que la “rebeldía a la vida” encarada por Rodríguez Larreta, es una muestra inequívoca de su hipocresía, y hará colapsar el sistema público de salud en cualquier momento. De hecho, el sistema privado de salud ya anunció a través de su vocero (Claudio Belocopitt) que la infraestructura de dicho sistema también está al borde del colapso.

Nada le importa a la Alianza Neoliberal Conservadora, si los contagios y fallecimientos diarios llegaran a 50.000 y a 1.000 respectivamente, lo festejarían porque dichas cifras inimaginables y aberrantes (pero no tan lejanas), serían afines a sus intereses políticos. No es otra cosa que lo que yo defino como “necroPROselitismo”.

Es inconcebible e indignante que en este contexto, los apologistas del COVID no tengan ningún tipo de consecuencia jurídica. Desde comenzada la pandemia, allá por marzo de 2020, apelaron a toda clase de bajezas y mentiras, que son esparcidas por el periodismo de guerra ejercido desde los medios hegemónicos de comunicación devenidos en el Ministerio de Propaganda del macrismo. De decir que la vacuna Sputnik V era un veneno pasaron a denunciar la falta de dosis y se opusieron a toda medida que tuviera por fin bajar el índice de contagios con argumentos falaces y disparatados. Siguen repitiendo dislates como: dictadura, soviéticos, comunismo y hasta hay sectores del núcleo duro de la oposición que se atreven aún hoy a negar la existencia del virus.

La referente opositora, Elisa Carrió denunció al presidente “por envenenamiento” en alusión a la vacuna Sputnik V. Cuando se probó a nivel mundial que dicha vacuna es la más efectiva contra el virus (es requerida en todo el mundo), la operadora y auditora del poder real camuflada de legisladora vitalicia, negó que su intención haya sido denunciar al presidente y dijo que pretendió “denunciar a Putin por envenenamiento” haciendo referencia al asesinato por envenenamiento radiactivo (Polonio) de Alexander Litvinenko en Londres en 2006. Algunas teorías le adjudican la muerte a Putin, cosa que jamás fue probada y en tal caso, si Elisa Carrió tiene alguna prueba para aportar respecto de ese hecho, debería presentarse ante la justicia inglesa.

Nadie puede prever hasta donde piensan llegar, en un año electoral quizás piensen en llevar las urnas a los cementerios para que voten los muertos.

La sociedad en su conjunto tiene que tomar conciencia que el necroPROselitismo nos va a llevar a una catástrofe colectiva de la que no tendremos retorno.

La oposición nucleada en la Alianza Neoliberal Conservadora transmite un virus aún más letal que el COVID, el odio.


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