miércoles, 25 de agosto de 2021

La Historia del Peronismo

Capítulo I

 La génesis (1943 - 1946)






La génesis del peronismo fue la legitima Revolución de 1943 que puso fin al fraude oligarca. Dentro del grupo de oficiales patriotas (GOU) que la llevaron adelante, destacaba el por entonces Coronel Juan Domingo Perón, quién poco tiempo después comenzaría a darle forma a una nueva Argentina en donde la esclavitud quedara definitivamente derogada. Apoyado por combativos dirigentes sindicales como Bramuglia y Borlenghi, Perón logró la creación de la Secretaría de Trabajo (antes solo existía un Departamento Nacional de Trabajo, que era una cáscara vacía sin ningún tipo de utilidad). Perón asumió como secretario a finales de 1943 y promovió la ampliación de derechos en materia laboral. Desde la Secretaría Perón logró reformas inéditas hasta ese momento en materia laboral:

- El estatuto del peón que estableció un salario mínimo y mejoró notoriamente las condiciones de alimentación, vivienda y trabajo de los trabajadores rurales.

- El establecimiento del seguro social y la jubilación que benefició a 2 millones de personas.

- La creación de tribunales de trabajo, que aseguraron sentencias más justas para la clase trabajadora.

- La fijación de mejoras salariales y el establecimiento del aguinaldo para todos los trabajadores.

- El reconocimiento de la asociaciones profesionales, que benefició a los sindicatos, dado que obtuvieron una mejora sustancial de su posición en el plano jurídico.


Dignificar a los/las trabajadores/as y fortalecer a los sindicatos hizo que Perón comenzara a cosechar enemigos. A la cabeza de ellos estuvieron los terratenientes oligarcas y el empresariado ligado a ellos, que se asociaron al imperialismo



norteamericano. Estados Unidos le arrebató a Inglaterra la hegemonía mundial luego de la Segunda Guerra Mundial y no permitiría que en “su flamante patio trasero” hubiera virreinatos díscolos que se atrevieran a no acatar los mandatos imperiales. Perón se convirtió en un mal ejemplo regional y en un peligro latente de emancipación latinoamericana. A principios de 1945 el imperio a través de Spruille Braden decidió cortar el problema de raíz y organizar la oposición a Perón para evitar que aquel coronel rebelde y nacionalista tomara vuelo. Al mismo tiempo que el peronismo, nacía el antiperonismo tan vigente hasta hoy, tanto por derecha como por izquierda.




Luego de la crisis de 1929 Argentina debió estar en un proceso de industrialización forzoso y acelerado, dado que el caos financiero internacional colapsó al modelo agroexportador. El proceso de sustitución de importaciones hizo que las fábricas comenzaran al dominar la periferia de las grandes urbes, especialmente el Gran Buenos Aires, y que creciera notoriamente la demanda de mano de obra. Se produjo una importante migración interna desde el interior del país hacia las zonas fabriles. El crecimiento exponencial de la clase obrera se convertiría en la columna vertebral del futuro Movimiento Nacional Justicialista. Esa clase obrera, que hasta antes de la gloriosa Revolución de 1943 era explotada y sometida a condiciones de semi esclavitud sería la que protagonizaría la mayor gesta del siglo XX en nuestro país: El 17 de Octubre de 1945,

El 8/10/1945, Perón fue obligado a renunciar a todos sus cargos en el gobierno a causa de la presión oligarca y de una facción dentro del ejército que estaba al servicio de ella. Es necesario resaltar el gesto del General Farrel quién a pesar de las presiones y de la actitud sediciosa del grupo de sicarios de la oligarquía vestidos de uniforme, le permitió a Perón “despedirse” y transmitir un fundamental e histórico discurso radial. Fue aquel mensaje el que desencadenó el 17 de Octubre porque en el Perón le dijo a los/as trabajadores/as que defendieran las conquistas logradas. La conciencia y pertenecía de clase decantó en irrefrenables ansias de reivindicación. Era la primera vez en la historia argentina que los/as trabajadores/as habían recibido un apoyo concreto desde el Estado y por ello, no estuvieron dispuestos a aceptar mansamente ningún retroceso.




La facción del ejército al servicio de la oligarquía le exigió a Farrell que encarcelara a Perón. El “Coronel del los/as Trabajadores/as” fue detenido y enviado a la isla Martín García en primera instancia y luego trasladado al Hospital Militar.

El 17 de Octubre, el elitista paisaje porteño fue tomado por una multitud de trabajadores y trabajadoras que penetraron la capital por todos los puntos cardinales. 




La histórica epopeya fue impulsada por algunos dirigentes gremiales como Cipriano Reyes, pero el motor verdadero fue la espontaneidad de una masa explotada que se había vuelto clase y de forma pacífica logró establecer a dicha jornada como una frontera entre la indignidad y la dignidad en la historia argentina. Se adueñaron de las calles que les estaban vedadas por mandato de la clase parasitaria que describió a la multitud trabajadora como un “aluvión zoológico”, entre otros degradantes, discriminatorios y despectivos calificativos. Las multitudes obreras, también engrosadas por trabajadores/as y profesionales de clase media, llegaron a la Plaza de Mayo y con las patas metidas en las suntuosas fuentes oligarcas exigieron la liberación de Perón. El Coronel de los/as trabajadores/as fue liberado en la noche del 17 y se dirigió de inmediato a la Casa Rosada. Al rato de su llegada Perón salió al balcón.







Hay que reivindicar la figura del coronel Eduardo Ávalos, sucesor de Perón al frente del Ministerio de Guerra, quién se negó a reprimir a los trabajadores que avanzaban hacia la plaza a pesar de las exigencias de la oligarquía. Esa noble actitud patriota y noble permitió que no se haya convertido en un baño de sangre lo que terminó siendo una epopeya. No hay que olvidar que Eduardo Ávalos tenía marcadas diferencias con Perón, lo que lo ennoblece aún más.

Cuando Perón levantó las manos y dijo “trabajadores”, se dio la definitiva declaración de independencia argentina y se derogó para siempre la esclavitud en el suelo patrio.





Capítulo II

El Comienzo de la Revolución Nacional Justicialista (1946 - 1952)




Para impulsar la candidatura de Perón a la presidencia de la Nación se fundó el Partido Laborista, la UCR Junta Renovadora y el Partido Independiente. Perón se presentaría como candidato del Partido Laborista y se estableció que el dirigente radical Hortensio Quijano acompañara al General en la fórmula para las elecciones de 1946. El imperialismo que había fracasado en “cortarle las alas” a Perón apadrinó a la coalición oligarca antiperonista a la que denominaron Unión Democrática, compuesta por radicales, socialistas, comunistas y socialdemócratas, que tenían por misión evitar que “el representante de los descamisados” llegara a la presidencia. La fórmula PROimperialista y antipueblo llevó como candidato al radical agorilado José Tamborini, acompañado por Enrique Mosca.




El 24/02/1946 se realizaron las elecciones, se esperaba una cómoda victoria de la Unión Democrática, pero la gesta del 17 de Octubre se plasmó en las urnas y Perón obtuvo el 55% de los votos contra el 45% de la colación apátrida. El Partido Laborista ganó en todo el territorio nacional salvo en Corrientes. Comenzó de esta manera la transformación de la Patria.

Perón asumió la presidencia el 4/06 y ni bien se hizo cargo de los destinos del país comenzó a dignificar a los/as que lo habían llevado de la cárcel a la presidencia de una forma inédita en la historia: por aclamación popular rubricada en las urnas. La Revolución Nacional Justicialista había comenzado.




Perón desde la gestión y Evita Capitana desde la militancia redistribuyeron la riqueza a favor de las clases populares y trabajadoras. Sobre las ruinas de las necesidades se erigieron derechos.




- Las mujeres se emanciparon jurídicamente de los hombres, obtuvieron el derecho al voto y a la participación política.

- Se nacionalizaron los ferrocarriles (creación de Ferrocarriles Argentinos) y el servicio telefónico (ENTel)

- Se promovió la industrialización para satisfacer las necesidades del mercado interno, fortalecido por las políticas redistributivas y de movilidad social ascendente

- Se nacionalizó el Banco Central

- Se creó SOMISA

- Se creó Gas del Estado

- Se creó Aerolíneas Argentinas

- Se creó el Consejo Económico y Social

- Se creó la Universidad Obrera Nacional

- Se creó el Plan de Turismo Infantil

- Se estableció la gratuidad universitaria

- El salario de los/as trabajadores/as mejoró la calidad de vida colectiva de una forma inédita

- Se fortaleció a los sindicatos y los convenios colectivos

- Se creó la Fundación Eva Perón que derogó definitivamente a la indigna limosna oligarca, estableciendo la ayuda social.




La reforma constitucional que dio como resultado la Constitución de 1949 incorporó los derechos de los trabajadores (derecho a trabajar, al salario justo y condiciones de trabajo justo), derechos de familia (la igualdad jurídica entre el hombre y la mujer, igualdad en la patria potestad, se estableció el bien de familia que protegía la vivienda y protección para la maternidad y la infancia), derechos para los adultos mayores, la función social de la propiedad, el control estatal sobre el sector energético, los servicios públicos y el comercio exterior, la lucha contra los monopolios y oligopólicos, la prohibición de discriminar por raza, la elección por voto directo para diputados, senadores y presidente y la reelección inmediata del presidente, entre otras cuestiones.




La tercera posición caracterizó a las relaciones exteriores, el peronismo no se sometió a ninguna imposición imperialista (norteamericana y soviética), se promovió la unidad regional y la solidaridad entre los pueblos.

Una de las medidas más importantes y revolucionarias que tomó Perón en su primer mandato fue la creación del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) en donde el Estado se hizo con el monopolio del comercio exterior. A través del IAPI el país recuperó el control sobre las exportaciones de granos que eran realizadas de manera oligopólica por empresas inglesas. El IAPI compraba los cereales que serían exportados, especialmente trigo, asegurándole al productor un precio sostén que se anunciaba previamente y se hacía cargo de su colocación en los mercados internacionales, negociando desde posiciones de fortaleza por los importantes volúmenes de los que disponía. La acción estatal le brindaba al productor seguridad en la colocación de sus cosechas. La diferencia entre los precios de compra y venta en el mercado internacional arrojó grandes beneficios económicos que fueron utilizados para el otorgamiento de créditos a los sectores productivos, asegurando el círculo virtuoso.




El IAPI también intervino en la importación de bienes de capital (maquinarias, rodados, etc.) para proveer a la industria nacional que estaba en pleno crecimiento.

La planificación fue fundamental en el peronismo, por esta razón se lanzó el Primer Plan Quinquenal. El objetivo fue el de transformar la estructura económica y social del país para lograr un desarrollo económico sostenido que decantara en la superación de las desigualdades sociales. El 9/07/1947, en la casa histórica de Tucumán, se realizó la presentación del Primer Plan Quinquenal en donde el General Perón firmó la Declaración de la Independencia Económica, y se presentaron por primera vez los postulados que enarbolan las tres banderas del peronismo: Soberanía política, independencia económica y justicia social. Los efectos comenzaron a ser palpables de forma inmediata.




Entre 1947 y 1951 se construyeron 217 mil viviendas sociales. Se inauguraron 8 mil escuelas y con el auspicio de la Fundación Eva Perón se construyeron 4.300 centros de salud. Los salarios aumentaron el 40%, el PBI creció un 8% anual y el consumo un 11%. En 1948 la venta de cocinas se había incrementado en un 106%, la de heladeras un 218% y la de aparatos de radio un 600%.




El antiperonismo oligarca y sus aliados no aceptaron nunca la derrota en las urnas y jamás dejaron de conspirar desde las sobras. El peronismo se atrevió a defender los intereses de la mayoría trabajadora, y para poder hacerlo tuvo que tocar los de la minoría concentrada y parasitaria, lo que desató el odio de los/as “hinchas del cáncer”.

El 28/09/1951 hubo un intento de golpe de Estado encabezado por el general Menéndez. Los rebeldes oligarcas no tuvieron éxito porque la mayoría de las fuerzas del Ejército les dio la espalda, por lo que la aventura golpista duró pocas horas y se vieron obligados a rendirse.

El General Perón salió fortalecido de cara a las elecciones de 1952, pero la serpiente oligarca ya había depositado sus huevos antes de que le cortaran la cabeza.




Capítulo III

La derogación definitiva de la democracia popular (1952 – 1955)





El 20/02/1951 el Consejo Superior del Partido Peronista y la CGT comenzó con la campaña para reelección del General.

En agosto del mismo año el Movimiento Obrero Organizado propuso la fórmula Perón – Perón en reconocimiento a la figura de Evita Capitana por su invaluable militancia social plasmada a través de la acción social desarrollada desde la Fundación Eva Perón.

El 22 de agosto se organizó el Cabildo Abierto en la Avenida 9 de julio que postulaba y aclamaba la candidatura de Evita a la vicepresidencia. Muchos/as siguen insistiendo en que el histórico renunciamiento fue motivado por Perón, pero es una absoluta falacia, la causa fue la maldita enfermedad que terminaría con la vida de Evita. Una prueba irrefutable de eso es que cuando se realizaron los comicios el cáncer avanzó mortalmente y de hecho tuvo que votar estando internada. Finalmente se estableció la fórmula: Perón – Quijano.

Las elecciones de noviembre de 1951 pasaron a la historia por ser las primeras en donde las compañeras mujeres votaron y pudieron ser elegidas. El General Perón obtuvo una victoria arrasadora, obteniendo mas del 63% de los votos, mientras que Balbín logró el 32%.





El 4/06/1952 Perón asume por segunda vez la Presidencia de la Nación acompañado por una Evita que ya estaba partiendo. La Jefa Espiritual de Nación, fue abrazada por la inmortalidad el 26/07.

Cuando el General comenzó su segundo mandato el 58% del producto bruto correspondía a los trabajadores, pero el contexto internacional había cambiado respecto de su primera presidencia, fue muy difícil continuar con el ritmo redistributivo. El desfavorable contexto cambió las políticas que se habían desarrollado con anterioridad.




El Segundo Plan Quinquenal tenía por meta consolidar el desarrollo de la economía social por medio de actividades que consolidaran la independencia económica. Para ello se le dio vital importancia a las relaciones exteriores para lo que el Estado afianzara el control sobre el comercio exterior con el fin de proteger la producción nacional y lograr intercambios equitativos.




El Plan Quinquenal proponía evitar las inversiones extranjeras, pero el gobierno se vio obligado a sancionar la “Ley de Inversiones Extranjeras” que tuvo como objetivo estimular al capital privado extranjero. La venta de los saldos exportables y de compra de los combustibles, materias primas y bienes de capital que requiriera el desarrollo agropecuario, industrial y minero del país quedaban a cargo del Estado.

En 1952 y 1953 las exportaciones agropecuarias se vieron afectadas debido a un período de sequía. El IAPI se vio obligado a comprar las cosechas a precio más bajo que el internacional para obtener recursos y fomentar la industrialización y tuvo que empezar a subvencionar al sector agrario y ganadero. El poder adquisitivo se fue reduciendo debido al aumento de los insumos industriales y la situación internacional, los salarios comenzaron a sufrir un congelamiento.

Ante la reducción de las reservas, se impuso una restricción al gasto público y un límite de importaciones. A partir de 1954 se tomaron medidas para congelar los precios y así se logró controlar el proceso inflacionario, logrando estabilizar la economía y los salarios volvieron a estar alza en 1954.

Comenzaron a encenderse algunos chispazos a raíz de las fricciones sociales. En abril de 1953 hubo una manifestación organizada por la CGT en protesta contra la situación económica que terminaron con graves incidentes fogoneados por la oposición oligarca que comenzaba a estar al acecho. En este período se produjo un importante paro ferroviario.

El ambiente se puso cada vez más denso, la oligarquía ya no ocultaba sus intenciones de sedición, al estar fortalecida por las dificultades económicos. El 15/04 la CGT llamó a una movilización en Plaza de Mayo en defensa del gobierno. Cuando Perón empezaba su discurso, la multitud se vio sorprendida por el impresionante estallido de una bomba que había sido detonada en medio de la plaza y otras en la línea A y en un bar de la calle Hipólito Yrigoyen. El ataque terrorista dejó un saldo de cinco muertos y cerca de cien heridos. El grupo terrorista que cometió semejante barbarie estuvo liderado por Roque Carranza, quién terminaría siendo “Ministro de Defensa” del “paladín de la socialdemocracia”, Raúl Alfonsín.





La oligarquía se preparó para dar el golpe y de paso matar al General Perón. El 16/06/1955, la Aviación Naval bombardeó brutalmente la Casa Rosada y la Plaza de Mayo con el objetivo de asesinar a Perón, a los/as trabajadores/as que lo defendían e instaurar un triunvirato civil integrado por Miguel Ángel Zavala Ortiz (UCR), Américo Ghioldi (Partido Socialista) y Adolfo Vicchi (Partido Conservador).

Los aviones oligarcas lanzaron 14 toneladas de bombas y ametrallaron la zona desde los aviones con munición e grueso calibre asesinando a mas de 300 personas e hiriendo a más de 1000.





El intento de golpe finalmente fracasó y los pilotos cobardes y genocidas decidieron huir hacia Uruguay. Este fue el “bautismo de fuego” de la Aviación Naval, bombardear y masacrar a su propio pueblo, un hecho inédito y único en la historia hasta ese momento dado que ni Franco se atrevió a hacerlo durante la guerra civil española. No hay que olvidar que el bombardeo sobre Guernica fue realizado por la Legión Cóndor alemana.

Las sombras de la barbarie nunca se fueron de la Plaza y de las inmediaciones de la Rosada y el 16/09 se consumó el golpe que derogaría para siempre la democracia popular en el suelo patrio. La Fusiladora instauró la democracia burguesa que le garantiza la libertad a unos pocos a expensas de la opresión de las mayorías populares y trabajadoras. Dicho sistema esta en la actualidad más vigente que nunca.




Capítulo IV

La primera etapa de la resistencia (1955 – 1962)




Perón no estuvo dispuesto a desatar una guerra civil, por lo que eligió preservar la vida de su pueblo (partidarios y opositores), no intentó ningún tipo de resistencia ante el ya consumado golpe y partió al exilio.

Muchos dirigentes peronistas terminaron en la cárcel y los/as trabajadores/as tuvieron que sufrir el despojo de una “revolución” hecha para anular los derechos adquiridos y volver a la década del fraude oligarca. Fue la clase trabajadora la que iniciaría la larga resistencia que tenía por meta el retorno de Perón. La resistencia nació sin jefes, sin líderes visibles y sin una organización única.

Estuvo integrada por militantes de base de los sindicatos y anónimos trabajadores/as que lucharon con mucho valor, sufrieron cárcel, torturas (practicadas en cuarteles, comisarías y hasta en el mismísimo Congreso Nacional) y algunos fueron asesinados.

La dictadura genocida oligarca inició la desperonización a sangre y fuego. La Fusiladora, mediante el decreto 3.855/55, proscribió y disolvió el partido peronista. La proscripción del peronismo duraría hasta 1973.




En marzo de 1956, Aramburu dictó el decreto 4.161 que “prohibía la utilización de la fotografía, retrato o escultura de los funcionarios peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto, el de sus parientes, las expresiones (peronismo, peronista, justicialismo, justicialista, tercera posición), las fechas exaltadas por el peronismo y la Marcha. Violar estas prohibiciones tenía penas de un mes a seis años de prisión.

Se crearon “listas negras”, que incluía a referentes de la cultura, la ciencia y la educación. La mayoría de los dirigentes sindicales fueron encarcelados y la CGT fue intervenida, se derogó la Ley de Asociaciones Profesionales y los gremios terminaron con interventores militares que disolvieron las comisiones internas.

El 23/11/1955, Aramburu ordenó el robo del cuerpo de Evita del local de la CGT, el mismo permaneció desaparecido por 16 años.




La Fundación Eva Perón fue clausurada y su interventora, Marta Ezcurra, anunció con un infame odio de clase que en dicho lugar “se atendía suntuosamente a los menores, quienes se daban el lujo de comer aves y pescado en los menús diarios”. Ezcurra ordenó incinerar las frazadas, sábanas, colchones, bicicletas, pelotas y juguetes con el logo de la Fundación. Ordenó el desalojo inmediato de todos los niños y niñas internados en la Clínica de Recuperación Infantil “Termas de Reyes”, en Jujuy y la transformó en un casino para la oligarquía. Mandó tirar al río Mendoza toda la vajilla y cristalería (importada de Finlandia y Checoslovaquia) por haber sido usadas por “cabecitas negras” en las unidades turístico-termales de alta montaña de Puente del Inca y Las Cuevas. Mandó destruir todos los frascos de los Bancos de Sangre de los Hospitales de la Fundación porque contenían “sangre peronista” y secuestrar todos los pulmotores que tuvieran las placas metálicas con las palabras “Fundación Eva Perón”.




Inmediatamente después del golpe, Perón ordenó establecer el Comando Nacional Peronista (CNP), integrado por John William Cooke, César Marcos y Raúl Lagomarsino, dicho comando duró poco porque todos fueron detenidos.

A comienzos de 1956, Perón redactó las Directivas Generales para todos los peronistas, con instrucciones para la resistencia: “Es menester no dar tregua a la tiranía. El trabajo a desgano, el bajo rendimiento, el sabotaje, la huelga, el paro, el desorden, la lucha activa por todos los medios y en todo lugar debe ser la regla.”

Lonardi fue reemplazado por Aramburu y la represión se volvería feroz.

En 1956 comenzó la resistencia en las fábricas. Los obreros se reunían para buscar las mejores formas de resistencia. Hicieron su aparición dirigentes como Armando Cabo, Avelino Fernández, Sebastián Borro, Augusto Timoteo Vandor, Andrés Framini, entre otros/as, figuras fundamentales en la lucha venidera.

En junio de 1956 se produjo el levantamiento cívico - militar liderado por el inmenso e inolvidable General Juan José Valle, que fue rápidamente derrotado. Valle y muchos civiles y militares fueron cobardemente fusilados por orden de Aramburu.




A fines de 1956, los metalúrgicos paralizaron las fábricas durante seis semanas. Mas de mil trabajadores son despedidos y centenares de delegados y activistas fueron detenidos. A inicios de 1957 se creó la Intersindical, la cual daría lugar a las 62 Organizaciones Peronistas y el 12/07 se convocó a un paro nacional por la libertad de los presos y la normalización de los gremios, acatado por dos millones y medio de trabajadores.

Por todo el país nacen incontables grupos de resistencia, por fábricas, por barrios. La mayoría solo realizaban pintadas o reparto de volantes, que era una actividad ilegal y por ende clandestina. Algunos cometían pequeños sabotajes a la producción. En los países limítrofes actuaban los comandos de exiliados.

Los intelectuales del peronismo también se acoplaron a la resistencia. Batallaron con la pluma desde revistas clandestinas como “De Frente”, “El 45”, “Palabra Obrera”, “El Líder” y el periódico “Mayoría” publicó “Operación Masacre” de Rodolfo Walsh , donde se denunciaban los asesinatos en los basurales de José León Suárez durante el levantamiento de Valle.




Los golpistas convocaron a elecciones para el 23/02/1958 con el peronismo proscrito. Desde el exilio el General Perón instó a los/as peronistas a votar a Frondizi (Unión Cívica Radical Intransigente), quién finalmente le ganó “la interna radical” devenida en elecciones nacionales, a Ricardo Balbín (Unión Cívica Radical del Pueblo) el “portero de los cuarteles”.




Mucho se ha hablado del supuesto pacto entre Perón y Don Arturo (uno de los ideólogos del fallido golpe del general Menéndez de septiembre de 1951) que habría motivado la orden del General a votar al radical, lo cierto es que si existió, Frondizi no cumplió con su parte.

A finales de 1959 hizo su aparición “Uturuncos”, la primera organización guerrillera argentina. Las acciones del grupo duraron un par de meses, el clima, las deserciones, el acoso de las fuerzas de seguridad, el clima hostil y el terreno inhóspito decretaron el fracaso total de la primera experiencia guerrillera criolla.




Frondizi fue derrocado por un golpe militar el 29/03/1962. Los últimos dichos del derrocado mandatario fueron: “No me voy a suicidar, no voy a renunciar, no me iré del país”. Fue finalmente detenido en la Isla Martín García, casualmente en el mismo lugar en donde estuvo el General antes del histórico 17/10/1945




Capítulo V

La segunda etapa de la resistencia (1962 – 1970)




Luego del derrocamiento de Frondizi, comenzó un enfrentamiento dentro de las fuerzas armadas que enfrentó a azules y colorados. El presidente provisional del Senado, José María Guido, debió hacerse cargo de la presidencia en un contexto marcado por la convulsión y la inestabilidad que duró hasta las elecciones de julio de 1963.

El peronismo intentó salir de la proscripción pero el radicalismo y los sectores antiperonistas del ejército se lo impidieron. Las elecciones fueron ganadas por el candidato de la Unión Cívica Radical del Pueblo, Arturo Illia. Los/as peronistas votaron masivamente en blanco (el voto en blanco superó el 19%) y el flamante presidente llegó al poder con muy baja legitimidad.

Ilia reprimió duramente las luchas obreras e impidió el retorno del General Perón (su avión fue detenido en Río de Janeiro y obligado a regresar a España). La oligarquía intentó dividir al peronismo y se valió de las desmedidas ambiciones de Vandor. El gobierno radical autorizó la presentación de listas “neoperonistas” en las elecciones legislativas de 1965 en diversas provincias.




Illia heredó una crisis económica muy aguda, iniciada luego del golpe de 1955. El PBI había caído -2,4% en 1963 y el salario real había descendido a su nivel más bajo desde 1959. La crisis, la bajísima legitimidad del presidente, su escasa autoridad y su atrevimiento al promulgar la ley de medicamentos conocida como “Ley Oñativa” fueron un cóctel que dio como resultado su derrocamiento. El 28/06/1966 Arturo Illia fue sacado “de la oreja” de la Casa Rosada por el general Julio Alsogaray. Comenzaba el período de la dictadura de Juan Carlos Onganía, quién llamaría a su régimen “La Revolución Argentina”.




El vandorismo, ese fallido intento de peronismo sin Perón, se dedicó a negociar con las patronales a cambio de recompensas materiales y beneficios. El vandorismo fue mulo de la dictadura y a cambio recibió la sanción de la ley 18610, que enriqueció a la burocracia que pensaba desplazar al General. No hay que olvidar que Augusto Timoteo concurrió a la asunción de Onganía.




El régimen fue brutalmente represivo y mostró los dientes al mes de haber dado el golpe. El 29/07 se produjo la brutal represión en el desalojo de cinco facultades de la UBA, conocida como “La Noche de los Bastones Largos”. Estudiantes y profesores habían tomado los establecimientos en resistencia a la decisión de intervención por parte de la dictadura. Se había prendido la mecha de la rebelión que estallaría en el Cordobazo.





El General escribió desde Madrid: “Onganía ha puesto de manifiesto una tremenda inexpertitud, no solo en sus nombramientos sino en algunas de sus afirmaciones (como que el gobierno actuará en forma indefinida) nosotros debemos asegurarnos que ningún peronista se incorpore a semejante elenco si es que no quieren quemarse a corto plazo."

El 28/09/1966 un grupo de 18 jóvenes peronistas y nacionalistas secuestró el vuelo AR 648 de Aerolíneas Argentinas y lo hizo aterrizar en las Malvinas como forma de protesta ante la usurpación pirata de nuestro territorio. Aquella gesta es conocida como “La Operación Cóndor”.




Muchos/as jóvenes pensaron que el peronismo debía seguir el camino que había tomado el Movimiento 26 de Julio en Cuba. En septiembre de 1968 el grupo guerrillero denominado “Comando Montonero 17 de Octubre de las Fuerzas Armadas Peronistas” (FAP), fundado en abril de ese año, hizo su aparición en Taco Ralo, en el sudeste de Tucumán. La experiencia duró poco, a los pocos días de estar en el monte el grupo fue vencido por las fuerzas de seguridad y quedó trunco el intento de “iniciar la guerra revolucionaria como forma de señalarle al pueblo el auténtico camino hacia su propia liberación”.




El 29/05/1969 estalló la insurrección popular más grande de nuestra historia en Córdoba. El “Cordobazo” cambió todo y abrió una nueva etapa en el país, la resistencia obrera y popular ya no podría ser detenida por las dictaduras oligarcas. Se dieron otras insurrecciones más: segundo “Cordobazo”, “Mendozazo, “Tucumanazo” y “Rocazo”. La dictadura de Onganía quedó herida de muerte.




El 29/05/1970 un grupo de jóvenes vestidos con uniforme militar secuestraron al general Aramburu. A través del “Operativo Pindapoy” hacía su aparición Montoneros. Finalmente el secuestrador del cuerpo de Evita y fusilador sería asesinado y también el régimen de Onganía.



Capítulo VI

De la vuelta del General a su paso a la inmortalidad (1970 – 1974)




Las dictaduras oligarcas no lograron frenar el descontento social residual que había dejado el Cordobazo. Ese descontento unido a las ganas de cambiar el mundo de la juventud revolucionaria hicieron que la dictadura, primero de Levingston y después de Lanusse, tenga que reconocer que solo el General Perón podía conducir los destinos de la Nación y transformar el caos en futuro.

Lanusse se dio cuenta que a Perón “si le daba el cuero para volver” y tuvo que negociar con el máximo líder de las clases populares y trabajadoras de la historia argentina.

Como gesto de buena voluntad por parte de los militares, le fue restituido a Perón el cadáver de Evita el 3/09/1971.

En 1971 Perón designó a Héctor Cámpora, como su nuevo delegado personal y luego de 17 años en el exilio volvió a pisar el suelo de la Patria el 17/11/1972.



El General permaneció durante un mes en el país cerrando acuerdos con los principales referentes políticos, la CGT y la CGE. Se formó y el Frente Justicialista de Liberación Nacional (FREJULI), integrado por sectores frondizistas, de la democracia cristiana y del conservadurismo popular.

El 14/12 El Congreso del Partido Justicialista decidió que Cámpora fuera el candidato del FREJULI. Quedó establecida así aquel histórico lema: “Cámpora al gobierno, Perón al poder”

El 11/03/1973 se realizaron las elecciones en donde el FREJULI arrasó con el 49,56% de los votos, sacándole 30 puntos de diferencia a la UCR que terminó en segundo lugar. El FREJULI también ganó en 9 de las 22 provincias que por entonces existían.




Héctor Cámpora asumió la presidencia el 25/05 y tuvo por premisa la pacificación del país, pero su amplia sonrisa, buenos modales y predisposición al diálogo no lograron el efecto deseado. Durante su gobierno se dio un hecho desgraciado que marcaría el preludio del infirmo que vendría cuando la interna dentro del peronismo comenzó a dirimirse a tiros en la masacre de Ezeiza. El definitivo regreso del General a la Patria que fue organizado como una fiesta popular sin precedentes, terminó en una tragedia que dejaría heridas que no cicatrizarían.








Finalmente “El Tío” fue reemplazado por Lastiri hasta las elecciones del 23/09. Gobernó solo 49 días.

En las elecciones de septiembre la fórmula del FREJULI, Perón – Perón, aniquiló electoralmente a Balbín y obtuvo el 62 % de los votos.

El 12/10 el General asumió por tercera vez la presidencia con el objetivo de reconstruir a un país desangrado por la violencia y las dificultades económicas.




Ni bien asumió el poder, el General se abocó a afianzar la solidaridad entre los pueblos, sin importar las diferencias ideológicas que sus lideres pudieran tener. Recibió la visita del presidente de Bolivia, Hugo Banzer, realizó una visita a Uruguay donde se firmó un tratado sobre límites y se realizó un convenio con el presidente Bordaverry para construir la represa de Salto Grande. En diciembre se firmó en Paraguay un tratado para la construcción de la represa de Yaciretá Apipé. También se firmaron una serie de acuerdos comerciales inéditos con países del bloque socialista como Cuba, Polonia y la Unión Soviética. No hay que olvidar que el General Perón se atrevió a romper el bloqueo comercial que el imperialismo norteamericano le impuso a Cuba, cuando en 1973 le vendió al hermano país, autos, maquinaria y otros bienes industriales.




La política económica continuó los objetivos trazados por el gobierno de Cámpora respecto al plan trienal y el pacto social. La metas fundamentales eran mejorar la distribución y la inversión, aumentar el nivel de demanda y disminuir el proceso inflacionario. El ministro encargado de conducir esta etapa fue José Ber Gelbard.




El Pacto Social entre trabajadores, empresarios y el estado permitió fijar precios máximos, pero esto resulto ineficaz ya que continuó el proceso inflacionario con la secuela de desabastecimiento y mercado negro. Estallaron así varios conflictos por lo que Perón decidió convocar a una paritaria nacional que no sirvió de mucho. El gobierno decidió dar un aumento salarial del 13%, se elevó el salario mínimo y se creó el seguro de vida obligatorio, aunque se permitió a los empresarios el traslado a los precios del aumento con algunas restricciones. El proceso inflacionario no pudo ser detenido.

En enfrentamiento interno en la CGT complicó aún más el panorama. Dentro de la CGT había dos facciones irreconciliables. Una liberada por la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) era partidaria de llamar a convenciones colectivas de trabajo y de liberar los precios, y la otra controlada por los textiles planteaba un aumento igualitario a todos los gremios. La puja entre estos dos sectores se transformaron en incontables medidas de fuerza que llevaron al fracaso del plan económico y el pacto social.




En medio de esta difícil situación, las organizaciones armadas y la banda parapolicial liderada por el infiltrado López Rega siguieron con su raid de copamientos, atentados y ejecuciones. Fueron asesinados el titular de la CGT, José Ignacio Rucci y Carlos Mugica. El Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) intentó copar a sangre y fuego la guarnición militar de Azul sin éxito, un hecho condenado por la opinión pública en general por haberse realizado durante un gobierno democrático. El gobierno reformó el Código Penal, elevando las penas correspondientes a las actividades guerrilleras para intentar desalentar futuras acciones. La sanción de esta reforma originó algunos enfrentamientos dentro de la Cámara de Diputados en el bloque oficialista, que terminó con la renuncia de ocho diputados vinculados a la Juventud Peronista y Montoneros. Finalmente la reforma no contó con el apoyo de la bancada radical, que se aprovechaba de la violencia para socavar el gobierno de un Perón que ya estaba gravemente enfermo.




Las balas que asesinaron a Rucci también hirieron de muerte al General Perón. En el acto del 1/05/1974 en la Plaza de Mayo, se dio la ruptura entre la Juventud Peronista y Montoneros con Perón. Desde los sectores de la plaza ocupados por la JP y Montoneros se entonaron consignas contrarias a Isabel y a sectores de la ortodoxia sindical. El General los criticó duramente y manifestó su respaldo a los sindicatos. Al escuchar los retos del líder, la mayoría de los/as militantes de la JP y Montoneros abandonaron la plaza, entre ellos también se encontraban algunos viejos dirigentes de la Resistencia Peronista, como Sebastián Borro y Andrés Framini.

En junio de 1974, la salud del General se desmoronaba, el inmenso líder tenía los días contados. Sus últimos actos de gobierno fueron la visita al Paraguay y el encuentro con Ricardo Balbín, a quién le manifestó su cansancio y también su tristeza por los palos en la rueda que constantemente le ponían a su gestión. El 12/06 habló por televisión al país y anunció la posibilidad de renunciar ante lo inútil de su sacrificio para pacificar al país. Ante esto la CGT organizó una concentración en Plaza de Mayo para manifestarle su adhesión.




El 29/06 el General le delegó el mando temporariamente a Isabel, el más inmenso dignificador que la clase trabajadora tuvo en toda la historia se estaba muriendo. Las mezquindades por derecha e izquierda fueron funcionales a la Parca.

El 1/07/1974 nuestro padre espiritual, líder eterno, referente y dignificador, cerró los ojos y se elevó vestido con uniforme de gala para rendirle cuentas a Dios por sus actos en la tierra...fue premiado con la inmortalidad.

Se llevó en sus oídos la más maravillosa música...la palabra del pueblo argentino.



Capítulo VII

El atardecer que precedió a la noche más oscura (1974 – 1976)


Luego de la muerte del General, Isabel anunció la desoladora noticia a todo el país por cadena nacional. Expresó las siguientes palabras: “con gran dolor debo transmitir al pueblo el fallecimiento de un verdadero apóstol de la paz y la no violencia; asumo constitucionalmente la primera magistratura del país”.




La ausencia del General le dio vía libre a López Rega para que ejerciera un sombrío control sobre la presidenta. El ministro de Bienestar social creó la banda de asesinos conocida como la Triple A que se encargó de amedrentar, secuestrar y asesinar todos/as los que se atrevieran a cuestionar los mandatos del Rasputín criollo.

La violencia política comenzó a formar parte de la cotidianidad argentina, la Triple A realizó su accionar genocida a plena luz del día y con total impunidad mientras Montoneros, que pasó definitivamente a la clandestinidad a principios de septiembre de 1974, incrementó la lucha armada.

A finales de 1974 la represión se incrementó y la sociedad se militarizó. Los comandos paraestatales fueron el ensayo de los grupos de tareas que asolarían al país después del golpe. Bajo estado de sitio la Triple A lanzó una campaña de terror contra el sindicalismo combativo.



A principios de 1975 la presidenta decretó el aniquilamiento de la subversión con el fin de combatir al foco revolucionario que el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) había emplazado en Tucumán. El “Operativo Independencia” fue el preludio del terrorismo de Estado que se materializó en la escuela de Famaillá en donde el Ejército torturó, ejecutó y desapareció a miles de personas.

El agonizante Pacto Social finalmente murió y de su cadáver emergió Celestino Rodrigo, hombre ligado a López Rega. El flamante ministro de Economía instauró el triste y célebre “Rodrigazo”, que dio inicio a la decadencia argentina. Rodrigo devaluó el peso en un 61% en relación al dólar, aumentó los servicios públicos y el transporte en un 100%, los combustibles un 180% y la tarifa eléctrica un 75%, mientras que los salarios solo se incrementaron un 80%. El brutal ajuste terminó con el crecimiento sostenido que el país había experimentado desde 1964 y trajo como consecuencia una etapa de recesión y de descontrolada inflación.




La etapa de Celestino Rodrigo duró solo 49 días, la presión sindical provocó su salida del Ministerio de Economía y con él cayó en desgracia López Rega que debió fugarse disimuladamente del país camuflado de Embajador Plenipotenciario de Argentina en España.

El gobierno de Isabel tuvo también algunos aciertos como la estatización de los canales de televisión, la promulgación de la ley de contrato de trabajo, la actualización de importantes convenios colectivos de trabajo, importantes mejoras en materia de salud pública y congelación de cuotas de créditos para la compra de vivienda.




La desastrosa situación económica y el clima generalizado de violencia les dio el pretexto a los sicarios militares de la oligarquía para poner en marcha el golpe. Cuando Videla asumió en agosto de 1975 la jefatura del Ejército, el golpe ya era un hecho, solo faltaba saber cuándo se concretaría. La oficialidad apuraba al derrocamiento inmediato pero la Embajada del Imperio y sus agentes locales del establishment pensaron que debían fogonear aún más caos para que la opinión pública, a través de los medios afines al poder real, les pidiera a los militares que asumieran el poder.

Sin embargo no había unanimidad de criterios dentro de las fuerzas armadas. El brigadier Héctor Fautario se negó a plegarse al golpe y fue relevado de su cargo gracias a una conspiración alentada por Videla y Massera. Dicha conspiración se materializó mediante la sublevación de la Brigada Aérea de Morón y un sector de Aeroparque. Fautario es arrestado y reemplazado por el brigadier Orlando Cappellini el 18/12/1975. El gobierno de Isabel aceptó la designación de Cappellini para descomprimir la situación pero los sublevados no la querían más en el poder.




Durante algunos días varios aviones de la Fuerza Aérea y la Aviación Naval hicieron vuelos rasantes sobre la Rosada y la quinta presidencial de Olivos. Varias de la aeronaves tenían pintadas la V con la cruz de “Cristo Vence”, el mismo emblema usado por los aviones genocidas en 1955. El 20/12 la situación se tornó crítica cuando aviones leales arrojaron una bomba de advertencia en una arboleda que estaba en el interior de la base de Morón para que los sublevados depusieran su actitud, no lograron su cometido, endurecieron su posición y se prepararon para devolver el golpe.

Los sublevados amenazaron con bombardear la Rosada y el gobierno se puso en alerta. Cappellini llamó a Isabel para advertirle que podría atacar el Palacio de Gobierno pero la presidenta se negó a atenderlo y exclamó: "Díganle que esta presidenta no acepta amenazas ni presiones y que si quieren bombardear que lo hagan nomás, de acá me van a sacar muerta".

Isabel le ordenó a todo el personal civil que abandone la Rosada pero la mayoría del personal se negó a dejarla sola. La sublevación fue el preludio de la tragedia, de la noche más oscura de nuestra historia.




El 24/03/1976 pasada la medianoche llegó al helipuerto de la Rosada el helicóptero presidencial que en apariencia llevaría a Isabel hacía Olivos. La despidieron de la azotea algunos miembros de su custodia y el aparato despegó a las 0:50 transportando a la presidenta, Julio González (su secretario privado), Rafael Luisi (jefe de la custodia personal), un joven oficial del Regimiento de Infantería I Patricios, el edecán (teniente de fragata Antonio Diamante) y los dos pilotos del helicóptero que pertenecían a la Fuerza Aérea. En pleno vuelo uno de los pilotos le comunica a Isabel que la máquina tiene un desperfecto y que tiene que aterrizar en Aeroparque. Cuando tocaron tierra, Luisi observó un movimiento sospechoso de hombres e intentó sacar su pistola pero Isabel le dijo: "no haga nada, quédese tranquilo.

La presidenta fue llevada sola al interior de las oficinas del jefe de la base. Al rededor de la 01:10 entraron al recinto el general José Rogelio Villarreal, el almirante Pedro Santamaría y el brigadier Basilio Lami Dozo. Ahí le comunicaron a Isabel que había sido destituida y que las Fuerzas Armadas se habían hecho cargo del poder político. Isabel les preguntó si la iban a fusilar pero Villarreal le comunicó que su integridad física estaba garantizada. Isabel intentó negociar infructuosamente con sus captores mientras que un oficial de alta graduación se comunicó con los comandantes para decirles: "La perdiz cayó en el lazo".

Los militares mandaron traer a "Rosarito" (la empleada que la acompañaba desde España) que estaba en Olivos y que ya había preparado dos valijas con ropa de la depuesta presidenta. A la 01:50 un avión de la Fuerza Aérea despegó rumbo a Neuquén con Isabel a bordo en calidad de detenida. A las 10:40 la Junta Militar asumió el poder y comenzó la noche más oscura y larga de nuestra historia.