domingo, 13 de diciembre de 2020

“La madre de las revoluciones”

 

La Revolución Francesa




La Revolución Francesa significó el final del feudalismo aristocrático y marcó un antes y un después en la historia del mundo. Abolió el orden establecido, el clero y la monarquía perderían para siempre el rol de dominación que ejercían sobre la sociedad.

De mediados a finales del siglo XVIII, la monarquía francesa había hundido al país en el más profundo caos. Las arcas del Estado estaban vacías luego del despilfarro monárquico de décadas anteriores. La Guerra de los Siete Años, la participación francesa en la guerra de independencia del naciente Estados Unidos y la opulencia desmedida de la corte, habían dejado a Francia en banca rota. La vida en la corte estaba caracterizada por la gula y la extravagancia. Era un chiquero disimulado con extracto francés que devoraba en un día lo que miles de campesinos/as en meses, ya no era posible disimular la hambruna generalizada. La población francesa crecía y al estar erradicadas enfermedades como la peste negra, nacían más de los que morían. No había suficiente comida para salvar a las mayorías populares de morir por inanición.


Las ideas paridas en la ilustración comenzaron a cuestionar los privilegios de las dos clases dominantes (nobleza y clero) e instalaron tres peligrosos términos que terminarían por derrumbar a la monarquía y al clero: "libertad, igualdad y fraternidad". Las masas comenzaron a pensar por si mismas y rechazaron las ideas regurgitadas en Versalles y Notre Dame. 

En 1789 Francia sufrió uno de los inviernos más crudos de su historia y la inflación incontrolable elevó exponencialmente el precio de la harina. El pan era el alimento principal de las masas y una rebanada podía costar el sueldo de un mes. El país fue fagocitado por el hambre y la rabia, Francia se encaminaba al desastre.

Ante el inminente derrumbe, Luis XVI decidió convocar a los Estados generales. El 20/06 el tercer Estado se rebeló y constituyó una nueva Asamblea Nacional. El rey, en un intento desesperado para evitar la revolución, mandó a 30.000 soldados para reprimir la revuelta popular. Lejos de retroceder, el pueblo parisino formó la Guardia Nacional para enfrentar a las tropas reales. El 14/07 los revolucionarios provistos de fusiles que habían robado de las armerías de la ciudad, decidieron pasar a la acción. Se identificaron entre ellos con los colores rojo, blanco y azul (rojo y azul por los colores de París y el blanco que simboliza a la Casa de los Borbones) y decidieron tomar el símbolo del despotismo monárquico de la ciudad: La Bastilla. Los revolucionarios lograron vencer a los defensores de la fortaleza y decapitaron al director. El concepto de “la violencia es la partera de toda sociedad vieja preñada de una nueva”, había nacido. Nadie pudo prever las consecuencias del nuevo concepto.



La destrucción de la Bastilla fue en realidad la destrucción del feudalismo y el desmantelamiento del viejo régimen, la revolución demostró ser un hecho imparable. La Asamblea Nacional, el nuevo poder en Francia, emitió la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano en donde las distinciones de clase fueron abolidas. La estructura social cambió radicalmente: nació la igualdad de derechos, la igualdad ante la ley y la libertad de prensa.




Marat fundó el periódico “El amigo de la gente”. El diario de tendencia ultra-radical tuvo un papel decisivo en el devenir de la revolución. Marat era un médico insatisfecho que canalizó su rabia en las páginas de su diario. Odiaba a la monarquía y a través de sus escritos arengó al pueblo para que la aniquilara. Las cabezas pronto comenzarían a rodar sin cesar por París y en toda Francia.



La familia real fue desalojada del Palacio de Versalles y llevada a París y fue sometida un cautiverio disimulado. En mayo de 1791 Francia era regida por una monarquía constitucional en donde el rey debió compartir el poder con la Asamblea Nacional. Luis XVI y la familia real decidieron escapar hacia Austria para solicitar ayuda y poder recuperar el poder absoluto. No llegaron a destino, fueron capturados y arrestados. El soberano fue tildado de traidor y la monarquía constitucional dejó de existir, el poder absoluto quedó en manos de la Asamblea Nacional.

Hizo su aparición la guillotina para terminar con los enemigos de la revolución.

En abril de 1792 la Asamblea Nacional le declaró la guerra a Austria de forma preventiva, para evitar que la potencia vecina apoye al depuesto soberano a recuperar su trono. Robespierre, que fue conocido como “el incorruptible”, no estuvo de acuerdo con esa decisión.




La guerra contra Austria radicalizó a la población y a los integrantes de la Asamblea Nacional, especialmente a Robespierre. En agosto de 1792 los jacobinos liderados por “el incorruptible” se enfrentaron a los moderados de la asamblea, los girondinos. Los ciudadanos comunes pasaron a ser conocidos como los “sans culottes” y tomaron el control de la ciudad. La Asamblea Nacional decidió terminar con la anarquía y llenó las cárceles con miles de prisioneros políticos, la revolución entró en una fase de absoluto descontrol. Los sans culottes, influenciados por Marat, entraron a las cárceles y masacraron a curas, aristócratas, ancianos, mujeres, niños y a cualquier sospechoso/a de ser enemigo/a de la revolución. Más de 1500 personas fueron asesinadas en pocos días. Robespierre pensó que para que naciera una nueva república, el rey debía morir. El 21/01/1793 Luis XVI fue ejecutado en la guillotina frente a un enardecido pueblo que lo repudió hasta que la afilada hoja de la “cuchilla nacional” separó su cabeza de su cuerpo. La República Francesa nació de la sangre del decapitado rey.


Los campesinos de las afueras de París, que apoyaban a los girondinos, no estaban de acuerdo con la radicalización de los jacobinos. Una joven campesina decidió que había que terminar con el baño de sangre en que la revolución se había convertido. Se acercó sigilosamente al principal ideólogo de la carnicería, Marat, y lo asesinó apuñalándolo en el corazón mientras se bañaba.



La muerte del líder del radicalismo revolucionario no apaciguó los ánimos y las cabezas siguieron rodando. La esposa de Luis XVI, la reina María Antonieta, también murió en la guillotina.



La revolución comenzó a devorar a sus propios hijos. En septiembre de 1793 Francia era un verdadero infierno, las cabezas no paraban de rodar, las provincias sufrían constantes insurrecciones y la guerra contra Austria y Prusia se estaba perdiendo. Para imponer el orden, Robespierre y Danton dieron inicio a la etapa conocida como "el terror”. Cualquier persona sospechosa de ser enemigo/a de la naciente República era condenada y guillotinada. Se produjo una verdadera cacería de brujas que inundó las calles de sangre, la Asamblea Nacional suspendió por tiempo indeterminado los derechos nacidos en la declaración del hombre y del ciudadano y se convirtió en un tribunal revolucionario que tuvo como principal objetivo acelerar los juicios y las ejecuciones. Se lo conoció con el nombre de “Comité de la Seguridad Pública”, y estuvo integrado por 12 hombres que establecieron una especie de dictadura asamblearia que había vuelto a imponer el sometimiento del viejo orden. Robespierre, que a esa altura se había convertido en un asesino implacable, se convirtió en la voz cantante del comité.


                                  


Durante este período comenzó la etapa de descristianización” . Los revolucionarios destrozaron todos los símbolos religiosos, las iglesias y catedrales fueron saqueadas, el calendario cristiano fue reemplazado por el revolucionario, cambiaron el nombre de los meses y estos pasaron a durar 3 semanas de 10 días cada uno con el fin de desterrar el domingo, un día de gran significado para el cristianismo. Como Robespierre no era partidario del ateísmo social (pensaba que una creencia común era beneficiosa) se estableció un nuevo culto nacional en donde la “Diosa de la razón” había reemplazado al Dios judeocristiano y Marat se convirtió en una especie de “Jesucristo revolucionario”.




La revolución entró en su punto álgido, las cabezas no dejaron de rodar ni por un solo día, muy por el contrario, las ejecuciones se incrementaron. El 5/02/1794 Robespierre pensó que a través del aumento del terror, lograrían la construcción de una nueva sociedad basada en la virtud.

Danton y sus partidarios se opusieron, para ellos el terror ya no era de utilidad, dado que la revolución no corría peligro y la guerra contra Austria estaba bien encaminada. Robespierre tomó la oposición de Danton como una amenaza a su poder y mandó ejecutar a su “camarada” revolucionario. Antes de ser decapitado, Danton exclamó: “Lo único que lamento es irme antes que esa rata de Robespierre”. Con sus enemigos decapitados, “el incorruptible” inicia el período conocido como la era del “gran terror”.



El gran terror duraría desde la primavera hasta el verano de 1794, se calcula que se guillotinaron a 800 personas por mes en París. Esta orgía de sangre y terror hizo que los aliados de Robespierre pensaran que se había vuelto loco. Acordaron que había que parar al verdugo de la revolución, por lo que decidieron arrestarlo y encerrarlo en las oficinas del Comité de Seguridad Pública. El incorruptible no soportó el hecho de haber sido despojado del poder y se disparó un trabucazo en el rostro. El tiro no lo mató pero la munición le destrozó la mandíbula en varias partes.

Mudo y herido lo llevaron a la cárcel para que aguardara su final: la guillotina. El 27/07/1794 la "cuchilla nacional" decapitó al gran verdugo.



El terror murió con Robespierre, pero la revolución lo sobrevivió. La declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, la democracia, la república y el legado de 1789 esta mas vigente que nunca.

La revolución destruyó a la Europa feudal y cambió para siempre el curso de la civilización occidental. El experimento francés de la democracia ha inspirado al mundo y su revolución fue el modelo de todas las que le sucedieron.








martes, 21 de julio de 2020

El frentismo, la génesis del peronismo.


El frentismo, la génesis del peronismo


Muchos compañeros y compañeras peronistas aún siguen sin entender que nuestro movimiento nació como un frente y que aún sigue siéndolo. Como tal, se nutre de varias ideologías que muchas veces pueden tener fricciones entre sí. Hay diferentes formas de llegar a un objetivo pero el mismo debe ser compartido por todos los espacios que integran el frente.
En 1946 el General Perón llegó al gobierno compartiendo fórmula con Hortensio Quijano, que pertenecía a la UCR-Junta Renovadora, un frente que también estuvo integrado por el Partido Independiente cuya ideología era el conservadurismo popular, siendo sus principales dirigentes el general Velazco, el contralmirante Teisaire y Héctor Cámpora. También hicieron un invalorable aporte sectores independientes como FORJA (corriente escindida de la UCR) que tuvo exponentes de la calidad de Arturo Jauretche, Homero Manzi y Raúl Scalabrini Ortiz.




Todas estas corrientes ideológicas fueron la génesis del peronismo y con el devenir de los años ese origen frentista se fue afianzando para enfrentar a las diferentes alianzas conservadoras-oligarcas, como sucedió en 1946 con la Unión Democrática, que estuvo integrada por la UCR Antipersonalista, el socialismo, el Partido Comunista y los demócratas progresistas, apadrinados todos por el imperialismo yanqui.
Héctor Cámpora llegó el poder el 25/05/1973 como paso previo para que el General Perón volviera a ejercer la presidencia. Eso fue posible gracias al Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), un frente compuesto por peronistas, conservadores populares, socialistas, radicales yrigoyenistas, demócratas cristianos, desarrollistas, nacionalistas católicos y comunistas.




La oligarquía, constantemente quiere adueñarse del poder político que le permite impunidad para imponer sus minoritarios intereses, y también se vale de alianzas para ganar elecciones. Se calzan el disfraz “popular” cooptando las estructuras partidarias de los partidos tradicionales, como sucedió en el 2015 con Cambiemos.
El PRO, un pequeño espacio neoliberal conservador de características vecinalistas, llegó al poder gracias a la alianza con la UCR. El radicalismo le dio territorialidad y por consiguiente proyección nacional. Una vez en el poder y más allá del blindaje mediático y judicial, fue la alianza con la UCR y el apoyo que le brindaron algunos sectores díscolos del peronismo conservador lo que le dio al macrismo gobernabilidad. De no ser por la alianza con el radicalismo Mauricio Macri jamás hubiera sido "presidente" de la Nación.
Hemos logrado continuar con aquel peronismo histórico que creíamos extinto gracias a Néstor y Cristina. Los maravillosos años vividos entre el 2003 y el 2015 fueron posibles gracias al Frente para la Victoria. En esta nueva amplitud política también se logró sin mayores dificultades la coexistencia dentro de la diversidad ideológica. Fue integrado por peronistas, progresistas, radicales alfonsinistas y comunistas.



La diversidad ideológica es fundamental para lograr un país con justicia social, productivo, redistributivo y con movilidad social ascendente. Pero es en este punto en donde surge un interrogante, ¿Que espacio es el que debe liderar la diversidad?
A mi entender, la respuesta es clara, el peronismo. Mi postura no tiene nada que ver con mi pertenencia partidaria/ideológica, que es peronista, surge de una realidad histórica.
Es cierto que con el peronismo solo no alcanza pero no menos cierto es que sin el peronismo es imposible llevar adelante las transformaciones necesarias para que las mayorías populares no terminen siendo oprimidas por los sectores concentrados de la economía.
No estoy de acuerdo con la visión del progresismo o de la “social democracia”, más allá de no oponerme al aporte que puedan dar, porque no dejan de ser expresiones burguesas y reformistas que representan solo a una parte de la población, generalmente a la que no tiene las necesidades básicas insatisfechas. El peronismo en cambio es la única posibilidad concreta para las mayorías trabajadoras y populares de acceder a una mejor calidad de vida a partir de la incorporación de derechos y conquistas. Los progresistas y social demócratas no se sienten cómodos a la hora de molestar al poder real. Esto último lo digo a título personal y a partir de la propia experiencia luego de incontables debates a lo largo de los años.
Por último surge otra pregunta, ¿Con que espacios hay que conformar un frente? Como dije anteriormente, solo con aquellos con los que se tenga un objetivo común, mas allá de no coincidir en las formas de llegar a él. Generalmente esas discrepancias son fagocitadas por el peronismo, por ser el único espacio que históricamente demostró poder cambiar para bien la realidad de las mayorías populares desde la gestión.
Alberto y Cristina lograron llegar al poder a través de un nuevo frente, que en esta oportunidad se llama Frente de Todos, una diversa coalición integrada por el peronismo, el socialismo, la socialdemocracia, el radicalismo yrigoyenista/alfonsinista, el comunismo, el cooperativismo, el socialismo y el feminismo. 




Si el objetivo es claro, el frente no se romperá por discrepancias ideológicas. Pero reitero, la conducción debe estar en manos del peronismo que es el que realmente sabe defender los intereses de las mayorías populares y soportar la presión ejercida por los sectores concentrados que se resisten ferozmente a perder privilegios.
Un frente en definitiva es una concertación entre sectores que buscan implantar un modelo que incluya a todos y todas, inclusive se puede concertar con espacios opositores que tengan como meta esta premisa pero no así con aquellos sectores que tienen intereses contrapuestos a los de la clase trabajadora porque es una insalvable contradicción que atenta contra el objetivo buscado.
En medio de la pandemia de coronavirus vemos el trabajo conjunto entre el Gobierno Nacional y algunos exponentes de la alianza neoliberal conservadora. Es una situación extraordinaria que amerita una acción conjunta, pero no olvidemos que Larreta y algunos intendentes y gobernadores pertenecientes a esa alianza responden a intereses opuestos a los de las mayorías populares. Su jefe político es Mauricio Macri, quién por 4 años gobernó a favor del poder concentrado imponiendo recetas económicas que excluyeron a millones de argentinos y argentinas. Dejaron un país devastado, endeudado y con una calidad institucional de bajísima intensidad.
Con estos personajes se puede trabajar en conjunto ante una situación puntual y extraordinaria pero a futuro es imposible concertar con ellos, a los sumo es viable negociar para lograr las transformaciones que el país necesita.
La lucha obrera no comenzó con el peronismo, los anarquistas y los socialistas lucharon por décadas para lograr reivindicaciones para la clase trabajadora. La división de la FORA produjo retrocesos en este sentido, pero no se puede dejar de destacar las leyes impulsadas por Alfredo Palacios, como la ley de descanso dominical y la ley de protección de mujeres y niños en el trabajo. A pesar de los esfuerzos, muchas de las reivindicaciones propuestas por la clase obrera fueron desoídas y los proyectos de ley cajoneados en el Congreso.

 

Con la llegada del peronismo todas esas reivindicaciones fueron escuchadas y convertidas en ley. El peronismo fue una verdadera revolución que dio como resultado la definitiva emancipación de la clase trabajadora, el nacimiento de la democracia popular basada en la igualdad y lo que marcaría un antes y un después en la historia argentina, constituyéndose en el hecho maldito del país burgués.


 


jueves, 16 de julio de 2020

El conflicto interminable



El conflicto Palestino-Israelí

El sionismo surgió en Europa a finales del siglo XIX. Su principal impulsor fue el periodista astrohúngaro Teodoro Herzl, quien pensó que la única forma que el pueblo judío tenía para terminar con una persecución que llevaba varios siglos era a través de la creación de un Estado judío que solo fuera habitado por judíos. La Biblia inclinó la balanza para la elección de Palestina, una zona que por entonces estaba bajo el dominio turco otomano. Según los teóricos del sionismo, el pueblo judío tenía un derecho divino sobre esa tierra y las sagradas escrituras era la prueba.
La idea de Herzl no fue aceptada por la totalidad de los judíos europeos, muchos pensaron que el socialismo era el camino para detener la persecución dado que dicha ideología imagina un mundo basado en la igualdad en donde lo importante es la identidad de clase (la proletaria) y eso haría que cualquier diferencia étnica o religiosa fuera superada.


A raíz de los pogromos, matanzas salvajes sufridas por los judíos en Rusia a finales del siglo XIX y comienzos del XX y del surgimiento de los nacionalismos europeos que sirvieron de vectores del antisemitismo, muchos decidieron emigrar a Palestina. En dicho lugar ya existía una comunidad judía asentada que había convivido sin grandes sobresaltos junto a la inmensa mayoría árabe. Al principio los recién llegados no eran vistos como una amenaza porque los habitantes del aquella zona desconocían lo que sucedía en Europa y por consiguiente las intenciones del sionismo.

Luego de la Primera Mundial, el Imperio Turco Otomano, que estuvo del lado de los vencidos en la gran contienda, dejó de existir dando lugar a la creación de la Turquía moderna. Las tierras que estaban en manos imperiales otomanas fueron repartidas entre ingleses y franceses.
Las grandes potencias de la época, triunfadoras en la guerra, tomaron el control de Medio Oriente y el norte de África. Inglaterra se quedó con Egipto, Palestina, Jordania, Irak, los actuales Emiratos Árabes Unidos, Catar y Kuwait, mientras que Francia hizo lo propio con Siria, Líbano, Argelia, Túnez y una parte de Marruecos.
Las potencias se hicieron con los recursos naturales de la zona, en especial el petróleo y para lograrlo dividieron al mundo árabe en varios países que fueron controlados a través de monarquías títeres. Así nacieron los actuales países de dicha región. Pero Palestina seguía estando bajo el mandato inglés y cada vez llegaban más judíos para asentarse allí, la mayoría árabe comenzó a percibirlos como una amenaza concreta. La visión sionista contaba con el aporte financiero de capitales de judíos norteamericanos que le compraban tierras a terratenientes árabes para dárselas a los judíos que quisieran establecerse allí. Pero algo estaba a punto de suceder, la llegada al poder del nazismo en Alemania, la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto del pueblo judío. Los árabes palestinos no imaginaron que ese holocausto se convertiría en una tragedia para ellos.
Los 6 millones de judíos asesinados por la maquinaria nazi genocida cambiaron el mundo para siempre y en especial para los árabes palestinos. La recientemente creada ONU aprobó la creación del Estado Israel en 1948 haciendo realidad el sueño de Herzl de un estado judío para los judíos. El problema es que el nuevo estado se estableció en una tierra habitada mayoritariamente por árabes. Luego de creado el nuevo Estado judío, estos seguían siendo minoría respecto de los árabes, el choque entre ambos pueblos fue imposible de frenar.


Los Estados árabes circundantes no soportaron la idea de un Estado judío enclavado en medio de sus dominios. Siria, Egipto y Jordania atacaron al recién nacido Israel pero fueron derrotados. Israel conquistó nuevas tierras y miles de palestinos debieron dejar sus hogares para dirigirse a territorio árabe. El fin de las hostilidades dejaron al bando perdedor humillado y en control de pequeñas porciones de tierra. Egipto se quedó con la Franja de Gaza y Jordania con Cisjordania y con la parte oriental de Jerusalén.
Una coalición entre Francia, Inglaterra e Israel derrotaron a Egipto en 1956 en la Guerra del Sinaí. Los palestinos en el exilio, influidos por el nacionalismo árabe liderado por Nasser vieron frustradas sus pretensiones de recuperar los territorios de los que fueron expulsados.
La nueva y humillante derrota árabe en la Guerra de los Seis días en 1967 produjo en el mundo árabe un efecto moral devastador. La derrota aún hoy sigue siendo conocida como “Naksa” que significa “el revés”, mientras que para los palestinos fue una absoluta decepción. Comenzaron a pensar que la liberación de Palestina no podía ser realizada por los países árabes por falta de capacidad, actitud o por simple desinterés.


Aprovechándose de la victoria Israel ocupó todo el territorio palestino que estaba bajo el antiguo mandato británico, se apoderó de Cisjordania y Jerusalén oriental que estaban bajo el control de Jordania y la Franja de Gaza que le pertenecía a Egipto que además perdió la península del Sinaí. Israel también se quedó con parte del territorio sirio con la ocupación del Golán.
Las Naciones Unidas a través de la resolución 242 estableció que Israel debía retirarse de todos los territorios que había ocupado en la guerra de 1967 y volver a la “línea verde” establecida luego del alto al fuego de 1949. El Estado Israelí hizo caso omiso a dicha resolución y hasta la actualidad, salvo la península del Sinaí, sigue ocupando los territorios.
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fundada en 1964 con el apoyo de la Liga Árabe comenzó a realizar acciones guerrilleras y terroristas contra el Estado de Israel desde territorio jordano. La reacción israelí no se hizo esperar y bombardeó los campamentos palestinos en Jordania. La situación enfureció al rey Hussein que envió a su ejército a aniquilar a la guerrilla palestina establecida en su territorio. La OLP estaba desde 1969 bajo el liderazgo de Yasser Arafat (fundador de Al Fatah en Kuwait en 1958, faccíon mayoritaria dentro de la organización). La ofensiva jordana contra la OLP comenzó en septiembre de 1970 y duró hasta julio de 1971 con la victoria del ejército de Hussein. Los combatientes palestinos liderados por Arafat tuvieron que huir hacia Siria, desde donde fueron expulsados por enemistades con Háfez al-Ásad , para refugiarse finalmente en Líbano. Los palestinos percibieron que solo podían contar con ellos mismos a la hora de recuperar las tierras que les fueron arrebatadas dado que comenzaron a tener muchas fricciones e intereses contrapuestos con el mundo árabe.


La percepción palestina se ratificó cuando Israel volvió a derrotar a la coalición árabe en la Guerra de Yom Kipur en 1973. Esta nueva humillación al orgullo árabe tuvo como resultado el tratado de paz firmado en 1979 por el presidente egipcio Anwar el-Sadat y el primer ministro israelí Menájem Benguín. Para alcanzar dicho acuerdo Israel le devolvió a Egipto el Sinaí y este fue el primer país árabe en reconocer al Estado de Israel. Anwar se ganó el desdén del mundo árabe siendo asesinado por yihadistas durante un desfile militar el 6/10/1981.


Una de las acciones más recordadas y desgracias de la resistencia palestina contra la ocupación israelí fue la realizada por la organización terrorista “Septiembre Negro” (en alusión a los hechos ocurridos en Jordania en septiembre de 1970), que tenía nexos con la OLP, durante los Juegos Olímpicos realizados en Múnich en 1972. La organización secuestró a varios atletas israelíes con el fin de causar impacto a nivel mundial y visibilizar la causa palestina. El hecho terminó trágicamente, 11 atletas fueron asesinados, la policía alemana mató a 5 terroristas y 1 policía perdió la vida. Luego Israel lanzó una operación secreta que eliminó a casi todos los ideólogos de la masacre de Múnich.


En 1982 Israel decidió eliminar a la OLP en el sur de Líbano. El 5/06/1982 comenzó la invasión israelí, arrasando con pueblos enteros y llegando a ocupar Beirut con el objetivo de eliminar los campamentos de la OLP. La cúpula de dicha organización y muchos combatientes tuvieron que huir y refugiarse en Túnez. La masacre de refugiados palestinos realizada por las milicias cristianas en Sabra y Chatila fue apoyada por el ejército israelí. El baño de sangre duró tres días en donde entre 2000 y 5000 palestinos (incluidos ancianos, mujeres y niños) fueron masacrados sin piedad.
Israel logró desplazar del sur del Líbano a la OLP pero su estrategia terminaría siendo perjudicial a mediano plazo porque el lugar fue ocupado por Hezbolá (Partido de Dios). La organización fue fundada por chiitas libaneses inspirados en la Revolución Islámica en Irán de 1979 y en respuesta a mas de los 20.000 muertos que dejó la ocupación israelí de 1982. La nueva organización de resistencia chií derrotó al poderoso ejercito israelí en la Guerra de los 33 Días en donde logró expulsar a las tropas invasoras del Líbano en 2006.


Los palestinos bajo la ocupación israelí decidieron encarar la lucha por su cuenta, por la ineficacia que detectaban en los líderes de la OLP que preferían la negociación a la confrontación. Con la revuelta palestina de 1987, conocida como “la primer intifada” aparece en escena Hamás (Movimiento de Resistencia Islámico) que no creía en la negociación y si en la lucha armada como forma de recuperar el territorio perdido. El brazo armado de Hamás se denominó “Issadim al Kassam” y fue concebido para luchar contra la ocupación israelí en la Franja de Gaza y Cisjordania. El nacionalismo laico de la OLP perdió terreno ante la yihad propuesta por Hamás.


Ante este nuevo y radical enemigo, Israel intentó negociar con la moderada OLP, surgiendo así los acuerdos de Oslo en 1993 que llevaron al asesinato de Rabin y a la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que funciona hasta ala actualidad como una especie de “autogobierno” palestino en Gaza y Cisjordania. Una falacia, porque el verdadero control de dichos territorios lo sigue ejerciendo Israel.


Los territorios ocupados se convirtieron en verdaderos guetos, en especial la Franja de Gaza, un territorio de pequeñas dimensiones en donde los palestinos viven hacinados y bajo constante ataque israelí que con el pretexto de “combatir” a los miembros del brazo militar de Hamás, bombardea y destroza la infraestructura del territorio. Hospitales, escuelas, edificios gubernamentales y plantas potabilizadoras de agua son los blancos predilectos de la fuerza aérea israelí. Hay que aclarar que los palestinos están confinados a Gaza y Cisjordania, territorios separados entre si, por lo que si un palestino que vive en Gaza quiere ir a visitar a otro en Cisjordania debe pasar por suelo israelí y ser sometido a un sin fin de controles, vejaciones y al “humor” de los soldados israelíes para saber si se les permitirá o no seguir el trayecto. Lo mismo ocurre con los palestinos que trabajan en territorio israelí.
La nación palestina no existe, es una falacia, en realidad son guetos disimulados dentro de Israel. Los palestinos son ciudadanos de segunda a los que se los desplazó de su propia tierra. Israel ejerce sobre Gaza y Cisjordania una especie de colonialismo que a mi entender tiene características idénticas al extinto Apartheid sudafricano, basado en la segregación y la discriminación.
Esta actitud supremacista, que se acentúa cuando la derecha gobierna en Israel, trae como resultado el accionar terrorista de los oprimidos ante la disparidad de fuerzas entre ambos bandos. El ejército israelí es uno de los mas poderosos del mundo y cuenta con el apoyo incondicional de Estados Unidos, mientras que del otro lado solo hay combatientes con armamento rudimentario si lo comparamos con el equipamiento de un soldado israelí.
El supremacismo de la derecha israelí es muy parecido al concepto nazi de “raza superior”. Las similitudes son evidentes porque se basan en la “superioridad racial/moral”, el derecho divino a poseer un territorio” y “la anexión constante de territorio", similar al concepto nazi de “lebensraum” (espacio vital). No hay que olvidar que el título de propiedad esgrimido por el sionismo tiene como base de sustentación “la biblia”. Durante los últimos siglos los judíos fueron una minoría dentro de la población del territorio conocido como Palestina, previo a la fundación del Estado de Israel.
El sionismo fundó un Estado judío solo para judíos en un territorio que ya estaba habitado. Esa concepción implica la imposibilidad de coexistir con los que no son judíos, en este caso los árabes palestinos, dentro de los cuales no solo hay musulmanes, también hay cristianos.
Para fundar el Estado expulsaron a miles de palestinos de sus hogares, los que comenzaron a deambular como refugiados en los países árabes vecinos porque hasta el día de hoy se les impide el regreso a su tierra. Los palestinos que actualmente viven en Gaza y Cisjordania son en su mayoría los descendientes de los que se atrevieron a quedarse a pesar del avance de la colonización israelí. Los colonos israelíes siguen ocupando territorio palestino cuando la ONU lo considera ilegal. Claramente al ser el principal aliado del imperialismo yanqui en Medio Oriente, Israel goza de la impunidad derivada del derecho a veto de Estados Unidos por ser un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU junto a Rusia, Francia, Inglaterra, y China.
La intención del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, uno de los exponentes más recalcitrantes de la extrema derecha racista y supremacista israelí, de anexar grandes extensiones de territorio cisjordano solo agravó un conflicto que lleva más de 72 años. Son ya mas de siete décadas de un genocidio oculto al que se viene sometiendo al pueblo palestino, que como el judío tiene derecho a existir y a vivir en paz en su tierra ancestral. 


Es importante aclarar que judaísmo no es sinónimo de sionismo, muchos judíos y judías, dentro del Estado de Israel y fuera de el, están a favor de coexistir en paz con los palestinos y se manifiestan en contra de la actitud beligerante, colonialista, racista e imperialista que el gobierno de Netanyahu ejerce en Gaza y Cisjordania. Muchos/as de los que se empecinan en igualar sionismo a judaísmo son antisemitas disimulados. La generalización es un síntoma claro de esa enfermedad llamada “fascismo”, decir que judaísmo y sionismo son sinónimos es una burrada mayúscula, algo así como decir que islam es sinónimo de radicalismo o yihadismo.
La solución está al alcance de la mano y solo basta con copiar el modelo de integración que encaró Sudáfrica con la llegada de Nelson Mandela a la presidencia. Israel podría convertirse en un estado integracionista en donde judíos y árabes palestinos vivan en paz, tengan igualdad ante la ley y gocen de los mismos derechos sin importar la religión que profesen.
Jerusalén es una ciudad sagrada para judíos, musulmanes y cristianos. Según la tradición cristiana en dicha ciudad predicó Jesús, hizo milagros, expulsó a los mercaderes del templo, murió, fue enterrado, resucitó y ascendió al cielo.


Para los judíos es su ciudad ancestral y espiritual, el corazón de los reinos de David y Salomón, el emplazamiento del templo sagrado en donde hoy se ubica el muro de los lamentos.


Para los musulmanes Jerusalén es una de las tres ciudades sagradas junto a La Meca y Medina. Mahoma visitó la ciudad montado sobre Al-Buraq una noche del siglo VII para reunirse con otros profetas como Abraham, Moises y Jesús. En la ciudad esta la Cúpula de la Roca, la mezquita de Al-Aqsa, desde donde se creé que Mahoma ascendió al cielo para visitar a Alá.


Más allá de las diferentes tradiciones, la ciudad fue durante siglos un lugar multicultural, de pacífica convivencia y un ejemplo de tolerancia. No hace falta un milagro ni la intervención divina para que lo vuelva a ser y que se haga extensivo a todo el territorio que hoy forma parte del Estado de Israel, incluyendo a la Franja de Gaza y Cisjordania. Reitero, no hace falta un milagro, depende de un deseo terrenal.



¿Cuando se concretará ese deseo?




lunes, 29 de junio de 2020

De idealistas a sicarios del poder



De idealistas a sicarios del poder


Al parecer, sin ser una regla general, muchos de los jóvenes “revolucionarios” de los 70 terminaron mutando después en aquello que combatieron durante su etapa idealista. De reivindicar la revolución cubana y la utopía de terminar con la explotación del hombre por el hombre pasaron a defender y ser empleados/as de la oligarquía que se vale de esa explotación para mantener sus privilegios.
Sufren una especie de involución ideológica asociada al ciclo vital. La mayoría de ellos son los hijos de los que apoyaron la revolución fusiladora del 55 y que durante la secundaria mutaron de una especie de nacionalismo mas cercano a la “z” que a la “c” al marxismo en algunos casos y al peronismo de izquierda en otros. Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta involución es Rodolfo Galimberti, el Loco.


Fue uno de los jefes de la Columna Norte de Montoneros, con los que rompió en 1979 para formar su propia agrupación, ya que consideraba que él y los suyos eran los “Montoneros auténticos”. Terminó combatiendo en Medio Oriente en las filas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en donde fue herido por un francotirador israelí, esquivando milagrosamente a la muerte. Dicha organización tuvo fuertes vínculos con la cúpula montonera, hay una foto muy recordada en donde Yasser Arafat posó junto a Firmenich y a Vaca Narvaja.


En un accidente automovilístico perdió a su esposa, Julieta Bullrich, hermana de la ex montonera y ex ministra de trabajo de la primera versión de la Alianza Neoliberal Conservadora y también ex ministra de seguridad de la versión amarilla de dicha alianza. 


Con el regreso de la democracia en 1983 el Loco creyó que surgiría la posibilidad de volver a insertarse en la vida política argentina. El 5/04/1984 volvió al país sin un mango y con un limitado prestigio dentro de la militancia peronista, luego de 6 años de exilio, con una falsa identidad (César Shaffer) porque aún no podía salir de la clandestinidad. Estuvo un corto tiempo y volvió a Brasil en donde había comprado una casa en Búzios frente al mar.

En 1985 recibió el llamado de Roberto Perdía, quien había sido uno de los líderes de Montoneros a los que El Loco se opuso. Se reunieron en Brasil, en donde seguía exiliado, para pactar una tregua entre bandos. Comenzó un tiempo de reconciliación con sus ex compañeros de militancia y la involución ideológica del ex montonero “revolucionario”. El Loco pasó a engrosar las filas de aquellos que combatió en los convulsionados años 70.


A través de Alejandro “el Gallego” Álvarez, uno de los fundadores de la agrupación peronista de derecha “Guardia de Hierro”, conoció a Jorge Radice, delegado de la Marina y ex secretario del genocida Emilio Massera en la ESMA. Según la excelente biografía sobre este personaje que hicieron Marcelo Larraquy y Roberto Caballero, el encuentro se concretó en Mundo Marino, San Clemente, en donde Radice le dijo: “Maté a mucha gente, a muchos compañeros tuyos”. La respuesta de Galimberti fue: “Yo también me mandé cagadas, pero ya todo forma parte del pasado”. A finales de 1986 se codeaba y movía como un pez en el agua entre los militares, que todavía tenían el poder para socavar el proceso democrático que había comenzado 3 años antes.
En 1987 Galimberti pasó de no tener un centavo a ser el dueño de una productora en Las Cañitas (una pantalla) y a manejar un lujoso BMW. Todavía seguía estando en la clandestinidad y utilizando la falsa identidad.
Galimberti fue un gran admirador del líder de los carapintadas Aldo Rico al cual describía como un “líder nacionalista dentro del ejército”. A pesar de que seguía en la clandestinidad, el Loco visitó a Rico a la cárcel de Campo de Mayo, gracias a sus contactos con los militares.
Hacia finales del 87 Julio Bárbaro le presentó a José María “el Gallego” Menéndez, un hombre fuerte de Bunge y Born. Empezó a entablar una relación con los empresarios que había secuestrado con la Columna Norte en el 75. Por esas “casualidades del destino”, Menéndez había sido el encargado de negociar la liberación de Juan y Jorge Born cuando estuvieron en poder de los montoneros. El Gallego formaba parte del “Grupo Olleros”, vinculado también con los carapintadas. El Grupo era la usina de operaciones del poder real para desestabilizar al gobierno de Alfonsín. Julio Bárbaro, Jorge Triaca y Juan Bautista “el Tata” Yofre llevaron a Menem a un desayuno del grupo en la sede de Bunge y Born, del cual participaron los más poderosos empresarios del país: Franco Macri, Pérez Companc, Martín Blaquier (Ledesma), representantes de las empresas Bagó, Fate y Bridas.
El 10/07/1988 el garca disfrazado de Facundo Quiroga fue elegido como precandidato a presidente en la interna del PJ.
El interés que tuvo Bárbaro en que “Galimba” forme parte del grupo tenía otros motivos. Bárbaro había contactado a Patricia Bullrich, por pedido de Menéndez, ya que éste se había enterado de que Alfonsín pensaba indemnizar a la familia de David Graiver, víctima del robo de todos sus bienes por parte de los genocidas. En el Grupo Olleros había un plan para recuperar el dinero del holding, licuado entre los bienes de Graiver. Para ello necesitaban a alguien que hubiera estado “del otro lado”. El indicado era Galimberti, Jorge Born lo convocó personalmente a sus oficinas. Se entrevistaron en secreto y hablaron sobre el secuestro, después fueron al asunto que los convocaba. Born necesitaba que Galimberti declarara que los Montoneros le habían dado la plata del secuestro a Graiver para hacer creer que parte de la fortuna de este último pertenecía a Born. Jorge le dijo al Loco: “Si usted lo hace se lleva su parte”.
A mediados de 1988 Galimberti empezó a ocupar el cargo de asesor en “American Security International”, una empresa que en los papeles se dedicaba a la “venta de software”. Uno de sus dueños era Carlos Dalla Tea, un general retirado que fue quien contactó a Galimberti, que estaba vinculado a Aldo Rico. La empresa le vendía sistemas a la ex SIDE. Los esfuerzos de Galimberti apuntaban a cumplir el objetivo de recuperar la plata de los Born, pero para lograr su cometido necesitaba un cambio político, el cuál se dio el 14/03/1989 cuando Menem arrasó en las urnas y luego de asumir su mandato puso a Miguel Roig como ministro de Economía, ex gerente de Bunge y Born.
El 8/10/1989 Menem firmó el indulto que le permitió a Galimberti salir de la clandestinidad después de 16 años. También fueron beneficiados los carapintadas, el General Santiago Riveros y otros militares procesados por causas de violación a los derechos humanos durante la última dictadura militar genocida.
Galimberti se juntó en el hotel Lancaster, en avenida Córdoba y Reconquista con Jorge Born, pero esta vez sin secretos Se sacaron una foto que buscaba representar “la pacificación nacional” que el gobierno necesitaba.
Las posibilidades de recuperar la plata de los empresarios estaban ahora al alcance de la mano. Con Menem en el gobierno, Galimberti tenía una herramienta de negociación fundamental para lograr que los Montoneros que pudieran saber algo sobre el dinero del secuestro declararan como quería Born. Esa herramienta era el indulto. Galimberti viajó para negociar con antiguos compañeros con ese as bajo la manga. Visitó a Juan Gasparini, que había sido el encargado del manejo de las cuentas de Montoneros, que todavía estaba exiliado en Ginebra. Gasparini se comprometió a ratificar ante la justicia lo que Galimberti le pidió que dijera. Lo hizo el 14/08/1990 y Menem lo indultó el 27/12. También fueron indultados Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Mario Firmenich.
En agradecimiento por los servicios prestados Born le consiguió trabajo a Galimberti en su empresa “Caldenes S.A”, y si bien en los papeles cobraba el sueldo mínimo, el trabajo servía de pantalla para los otros “servicios” que realizaba para el empresario.
El 30/01/1990 Hugo Alfredo Anzorreguy asumió como secretario de Inteligencia. Con ese cambio de esquema Galimberti empezó a colaborar de forma plena para la ex SIDE. Pero el ex montonero se enamoró del neoliberalismo y lo usó para hacer negocios. A mediados del 90 conoció a un joven vinculado al marketing que había fracasado en todos sus emprendimientos de nombre Jorge “Corcho” Rodríguez. Al Galimberti le había caído muy simpático el pibe (compartían la pasión por las Harley Davidson) y lo llevó a conocer a Born.


En octubre de 1995 los nuevos amigos motoqueros fundaron la empresa “Hard Communications”, que se convirtió en la plataforma desde la cual Galimberti hacía negocios y contactos de todo tipo.
Claudia Segura, una vieja amiga del Corcho, le propuso trabajar en un proyecto: un concurso telefónico para el programa de Susana Giménez, asociado con alguna fundación que le diera un fin benéfico. Para el Loco fue la oportunidad de dar un salto a través de “Su” para generar buena guita. Finalmente en abril de 1997 firmaron un contrato con Telefé y con la “diva”. Con la garantía de Born, consiguieron un préstamo de USD 8 millones para impulsar el proyecto. El programa fue un éxito en rating y en recaudación.
El 7/05/1997 Galimba cumplió 50 años y lo festejó a todo trapo. El Corcho le regaló la inscripción al exclusivo y coqueto “Buenos Aires Golf Club”, que había logrado gracias a la aprobación del por entonces dueño del club, Mauricio Macri. Esa credencial significó algo importante desde lo simbólico para la construcción de su nueva imagen. 


El negocio de las llamadas rendía jugosos dividendos, que también tenían el fin benéfico de colaborar con la Fundación Felices Los Niños, dirigida por el pedófilo Julio Grassi. Pero la mentira tiene patas cortas, al poco tiempo se reveló que el negocio era una estafa. En febrero de 1998 se inició una investigación que reveló que de los $3 + IVA que cada participante pagaba por su llamada, el porcentaje que recibía la fundación era mínimo. La fiscalía descubrió que del total de $18.500.000 que se facturaron por las más de 6 millones de llamadas que se hicieron al programa, la fundación solo recibió unos $400 mil. Por esas irregularidades fueron procesados Born, Galimberti, Rodríguez, “Su” y directivos de Telefé, que fueron absueltos en septiembre de 2002. Galimba no llegaría a conocer la sentencia.
En junio de 1999 Galimberti puso la firma para la creación de otra empresa, esta vez dentro del rubro de seguridad. “Universal Control” entraba al negocio de la inteligencia privada, por esos años en auge en Argentina, y con socios idóneos en el área: dos ex oficiales de la CIA, David Manners y Frank Anderson y otro del Servicio Secreto del Departamento del Tesoro, Ronald Luziana. La empresa abrió una oficina en Washington y empezó a operar en Argentina en el año 2000 bajo la presidencia de Fernando De la Rúa. El principal cliente de la empresa de seguridad era el grupo Exxel, fondo manejado por el uruguayo Juan Navarro, quien designó a la empresa de Galimberti la custodia de sus empresas controladas: OCA, Edcadassa, Interbaires y MasterCard. Pero la vinculación del Loco con la CIA no se limitó a dicha empresa. En una conversación con un amigo suyo y funcionario del gobierno, Javier Martina, le confirmó el rumor que muchos ya sabían en ese entonces: Galimberti era un “contratado” de la CIA.
El 12/02/2002 el ex montonero y combatiente de la OLP que luego hizo negocios con los torturadores y asesinos de sus propios compañeros/as y finalmente devenido en espía de la CIA, tuvo un dolor muy fuerte en la espalda que lo dejó prácticamente inmovilizado. Lo internaron de urgencia pero falleció en medio de la cirugía que intentó solucionar la afección que padecía en la aorta abdominal.
¿Quién fue Rodolfo Galimberti en realidad?
¿Un revolucionario desencantado que por frustración se volvió algo que de joven aborreció?
¿Un mercenario?

Tuvo en común con su ex cuñada Patricia Bullrich la involución ideológica que los llevó de la utopía de terminar con la explotación del hombre por el hombre a defender y ser empleados de los intereses de los poderosos.


Nunca lo sabremos, el Loco ya no puede darnos una respuesta...


Les recomiendo que lean el libro Galimberti, de Perón a Susana, de Montoneros a la CIA de Marcelo Larraquy y Roberto Caballero. Una excelente libro, realmente esclarecedor en todo sentido.