lunes, 29 de junio de 2020

De idealistas a sicarios del poder



De idealistas a sicarios del poder


Al parecer, sin ser una regla general, muchos de los jóvenes “revolucionarios” de los 70 terminaron mutando después en aquello que combatieron durante su etapa idealista. De reivindicar la revolución cubana y la utopía de terminar con la explotación del hombre por el hombre pasaron a defender y ser empleados/as de la oligarquía que se vale de esa explotación para mantener sus privilegios.
Sufren una especie de involución ideológica asociada al ciclo vital. La mayoría de ellos son los hijos de los que apoyaron la revolución fusiladora del 55 y que durante la secundaria mutaron de una especie de nacionalismo mas cercano a la “z” que a la “c” al marxismo en algunos casos y al peronismo de izquierda en otros. Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta involución es Rodolfo Galimberti, el Loco.


Fue uno de los jefes de la Columna Norte de Montoneros, con los que rompió en 1979 para formar su propia agrupación, ya que consideraba que él y los suyos eran los “Montoneros auténticos”. Terminó combatiendo en Medio Oriente en las filas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en donde fue herido por un francotirador israelí, esquivando milagrosamente a la muerte. Dicha organización tuvo fuertes vínculos con la cúpula montonera, hay una foto muy recordada en donde Yasser Arafat posó junto a Firmenich y a Vaca Narvaja.


En un accidente automovilístico perdió a su esposa, Julieta Bullrich, hermana de la ex montonera y ex ministra de trabajo de la primera versión de la Alianza Neoliberal Conservadora y también ex ministra de seguridad de la versión amarilla de dicha alianza. 


Con el regreso de la democracia en 1983 el Loco creyó que surgiría la posibilidad de volver a insertarse en la vida política argentina. El 5/04/1984 volvió al país sin un mango y con un limitado prestigio dentro de la militancia peronista, luego de 6 años de exilio, con una falsa identidad (César Shaffer) porque aún no podía salir de la clandestinidad. Estuvo un corto tiempo y volvió a Brasil en donde había comprado una casa en Búzios frente al mar.

En 1985 recibió el llamado de Roberto Perdía, quien había sido uno de los líderes de Montoneros a los que El Loco se opuso. Se reunieron en Brasil, en donde seguía exiliado, para pactar una tregua entre bandos. Comenzó un tiempo de reconciliación con sus ex compañeros de militancia y la involución ideológica del ex montonero “revolucionario”. El Loco pasó a engrosar las filas de aquellos que combatió en los convulsionados años 70.


A través de Alejandro “el Gallego” Álvarez, uno de los fundadores de la agrupación peronista de derecha “Guardia de Hierro”, conoció a Jorge Radice, delegado de la Marina y ex secretario del genocida Emilio Massera en la ESMA. Según la excelente biografía sobre este personaje que hicieron Marcelo Larraquy y Roberto Caballero, el encuentro se concretó en Mundo Marino, San Clemente, en donde Radice le dijo: “Maté a mucha gente, a muchos compañeros tuyos”. La respuesta de Galimberti fue: “Yo también me mandé cagadas, pero ya todo forma parte del pasado”. A finales de 1986 se codeaba y movía como un pez en el agua entre los militares, que todavía tenían el poder para socavar el proceso democrático que había comenzado 3 años antes.
En 1987 Galimberti pasó de no tener un centavo a ser el dueño de una productora en Las Cañitas (una pantalla) y a manejar un lujoso BMW. Todavía seguía estando en la clandestinidad y utilizando la falsa identidad.
Galimberti fue un gran admirador del líder de los carapintadas Aldo Rico al cual describía como un “líder nacionalista dentro del ejército”. A pesar de que seguía en la clandestinidad, el Loco visitó a Rico a la cárcel de Campo de Mayo, gracias a sus contactos con los militares.
Hacia finales del 87 Julio Bárbaro le presentó a José María “el Gallego” Menéndez, un hombre fuerte de Bunge y Born. Empezó a entablar una relación con los empresarios que había secuestrado con la Columna Norte en el 75. Por esas “casualidades del destino”, Menéndez había sido el encargado de negociar la liberación de Juan y Jorge Born cuando estuvieron en poder de los montoneros. El Gallego formaba parte del “Grupo Olleros”, vinculado también con los carapintadas. El Grupo era la usina de operaciones del poder real para desestabilizar al gobierno de Alfonsín. Julio Bárbaro, Jorge Triaca y Juan Bautista “el Tata” Yofre llevaron a Menem a un desayuno del grupo en la sede de Bunge y Born, del cual participaron los más poderosos empresarios del país: Franco Macri, Pérez Companc, Martín Blaquier (Ledesma), representantes de las empresas Bagó, Fate y Bridas.
El 10/07/1988 el garca disfrazado de Facundo Quiroga fue elegido como precandidato a presidente en la interna del PJ.
El interés que tuvo Bárbaro en que “Galimba” forme parte del grupo tenía otros motivos. Bárbaro había contactado a Patricia Bullrich, por pedido de Menéndez, ya que éste se había enterado de que Alfonsín pensaba indemnizar a la familia de David Graiver, víctima del robo de todos sus bienes por parte de los genocidas. En el Grupo Olleros había un plan para recuperar el dinero del holding, licuado entre los bienes de Graiver. Para ello necesitaban a alguien que hubiera estado “del otro lado”. El indicado era Galimberti, Jorge Born lo convocó personalmente a sus oficinas. Se entrevistaron en secreto y hablaron sobre el secuestro, después fueron al asunto que los convocaba. Born necesitaba que Galimberti declarara que los Montoneros le habían dado la plata del secuestro a Graiver para hacer creer que parte de la fortuna de este último pertenecía a Born. Jorge le dijo al Loco: “Si usted lo hace se lleva su parte”.
A mediados de 1988 Galimberti empezó a ocupar el cargo de asesor en “American Security International”, una empresa que en los papeles se dedicaba a la “venta de software”. Uno de sus dueños era Carlos Dalla Tea, un general retirado que fue quien contactó a Galimberti, que estaba vinculado a Aldo Rico. La empresa le vendía sistemas a la ex SIDE. Los esfuerzos de Galimberti apuntaban a cumplir el objetivo de recuperar la plata de los Born, pero para lograr su cometido necesitaba un cambio político, el cuál se dio el 14/03/1989 cuando Menem arrasó en las urnas y luego de asumir su mandato puso a Miguel Roig como ministro de Economía, ex gerente de Bunge y Born.
El 8/10/1989 Menem firmó el indulto que le permitió a Galimberti salir de la clandestinidad después de 16 años. También fueron beneficiados los carapintadas, el General Santiago Riveros y otros militares procesados por causas de violación a los derechos humanos durante la última dictadura militar genocida.
Galimberti se juntó en el hotel Lancaster, en avenida Córdoba y Reconquista con Jorge Born, pero esta vez sin secretos Se sacaron una foto que buscaba representar “la pacificación nacional” que el gobierno necesitaba.
Las posibilidades de recuperar la plata de los empresarios estaban ahora al alcance de la mano. Con Menem en el gobierno, Galimberti tenía una herramienta de negociación fundamental para lograr que los Montoneros que pudieran saber algo sobre el dinero del secuestro declararan como quería Born. Esa herramienta era el indulto. Galimberti viajó para negociar con antiguos compañeros con ese as bajo la manga. Visitó a Juan Gasparini, que había sido el encargado del manejo de las cuentas de Montoneros, que todavía estaba exiliado en Ginebra. Gasparini se comprometió a ratificar ante la justicia lo que Galimberti le pidió que dijera. Lo hizo el 14/08/1990 y Menem lo indultó el 27/12. También fueron indultados Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Mario Firmenich.
En agradecimiento por los servicios prestados Born le consiguió trabajo a Galimberti en su empresa “Caldenes S.A”, y si bien en los papeles cobraba el sueldo mínimo, el trabajo servía de pantalla para los otros “servicios” que realizaba para el empresario.
El 30/01/1990 Hugo Alfredo Anzorreguy asumió como secretario de Inteligencia. Con ese cambio de esquema Galimberti empezó a colaborar de forma plena para la ex SIDE. Pero el ex montonero se enamoró del neoliberalismo y lo usó para hacer negocios. A mediados del 90 conoció a un joven vinculado al marketing que había fracasado en todos sus emprendimientos de nombre Jorge “Corcho” Rodríguez. Al Galimberti le había caído muy simpático el pibe (compartían la pasión por las Harley Davidson) y lo llevó a conocer a Born.


En octubre de 1995 los nuevos amigos motoqueros fundaron la empresa “Hard Communications”, que se convirtió en la plataforma desde la cual Galimberti hacía negocios y contactos de todo tipo.
Claudia Segura, una vieja amiga del Corcho, le propuso trabajar en un proyecto: un concurso telefónico para el programa de Susana Giménez, asociado con alguna fundación que le diera un fin benéfico. Para el Loco fue la oportunidad de dar un salto a través de “Su” para generar buena guita. Finalmente en abril de 1997 firmaron un contrato con Telefé y con la “diva”. Con la garantía de Born, consiguieron un préstamo de USD 8 millones para impulsar el proyecto. El programa fue un éxito en rating y en recaudación.
El 7/05/1997 Galimba cumplió 50 años y lo festejó a todo trapo. El Corcho le regaló la inscripción al exclusivo y coqueto “Buenos Aires Golf Club”, que había logrado gracias a la aprobación del por entonces dueño del club, Mauricio Macri. Esa credencial significó algo importante desde lo simbólico para la construcción de su nueva imagen. 


El negocio de las llamadas rendía jugosos dividendos, que también tenían el fin benéfico de colaborar con la Fundación Felices Los Niños, dirigida por el pedófilo Julio Grassi. Pero la mentira tiene patas cortas, al poco tiempo se reveló que el negocio era una estafa. En febrero de 1998 se inició una investigación que reveló que de los $3 + IVA que cada participante pagaba por su llamada, el porcentaje que recibía la fundación era mínimo. La fiscalía descubrió que del total de $18.500.000 que se facturaron por las más de 6 millones de llamadas que se hicieron al programa, la fundación solo recibió unos $400 mil. Por esas irregularidades fueron procesados Born, Galimberti, Rodríguez, “Su” y directivos de Telefé, que fueron absueltos en septiembre de 2002. Galimba no llegaría a conocer la sentencia.
En junio de 1999 Galimberti puso la firma para la creación de otra empresa, esta vez dentro del rubro de seguridad. “Universal Control” entraba al negocio de la inteligencia privada, por esos años en auge en Argentina, y con socios idóneos en el área: dos ex oficiales de la CIA, David Manners y Frank Anderson y otro del Servicio Secreto del Departamento del Tesoro, Ronald Luziana. La empresa abrió una oficina en Washington y empezó a operar en Argentina en el año 2000 bajo la presidencia de Fernando De la Rúa. El principal cliente de la empresa de seguridad era el grupo Exxel, fondo manejado por el uruguayo Juan Navarro, quien designó a la empresa de Galimberti la custodia de sus empresas controladas: OCA, Edcadassa, Interbaires y MasterCard. Pero la vinculación del Loco con la CIA no se limitó a dicha empresa. En una conversación con un amigo suyo y funcionario del gobierno, Javier Martina, le confirmó el rumor que muchos ya sabían en ese entonces: Galimberti era un “contratado” de la CIA.
El 12/02/2002 el ex montonero y combatiente de la OLP que luego hizo negocios con los torturadores y asesinos de sus propios compañeros/as y finalmente devenido en espía de la CIA, tuvo un dolor muy fuerte en la espalda que lo dejó prácticamente inmovilizado. Lo internaron de urgencia pero falleció en medio de la cirugía que intentó solucionar la afección que padecía en la aorta abdominal.
¿Quién fue Rodolfo Galimberti en realidad?
¿Un revolucionario desencantado que por frustración se volvió algo que de joven aborreció?
¿Un mercenario?

Tuvo en común con su ex cuñada Patricia Bullrich la involución ideológica que los llevó de la utopía de terminar con la explotación del hombre por el hombre a defender y ser empleados de los intereses de los poderosos.


Nunca lo sabremos, el Loco ya no puede darnos una respuesta...


Les recomiendo que lean el libro Galimberti, de Perón a Susana, de Montoneros a la CIA de Marcelo Larraquy y Roberto Caballero. Una excelente libro, realmente esclarecedor en todo sentido.









6 comentarios:

  1. Hola. Creo q ya te habia comentadoen TW acerca del libro "Z El principio de la vida" De Fernadez Albariño, alias Cap. Gandhi. Este resumen excelente que haces me lleva a , mas que pensar, confirmar que parte de la cupula de Montoneros obedecia a otros patrones. No se si da para la comparacion pero me recuerda mucho al Isis y los rebeldes de Siria entre otros. Tomalo como una hipotesis comentada en el cafe.Yo voy a tratar de conseguir ese libro y si te interesa el q te mencione y no lo conseguis, dame tiempo y te lo mando en PDF. Un abrazo

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  2. Me dejaste tecleando...
    Sabia algo sobre esto, pero no en profundidad.
    Y, adhiero a la hipotesis: la cupula de montoneros traicionó a los combatientes.

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    1. No todos, pero Firmenich, Galimberti y unos cuantos mas, vendieron a sus compañeros. De eso, no hay ninguna duda

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  3. No me sorprende la incoherencia, creo que debieron responder a esa "rebeldía" de la ropa. Lo peor esto no es lo económico, sino lo deshumanizado de algunos integrantes de montoneros.

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