¿La
muerte de la democracia popular en Argentina?
La
democracia es la forma de gobierno en donde "el pueblo
ejerce el poder a través de mecanismos legítimos de participación.
En teoría sería
el "el gobierno del pueblo", ¿Pero
realmente existe hoy en Argentina?
Algunos/as piensan que
para exista democracia solo es necesario que el
pueblo participe a través del voto
universal, igual, secreto, libre y obligatorio para elegir a sus
representantes. Pero con el hecho de votar no alcanza. Para que un
sistema democrático sea pleno deben estar garantizado
el respeto por los derechos humanos y las
libertades individuales y colectivas. Debe haber
igualdad ante la ley, libertad de expresión, alternancia
en el poder, representatividad, división de poderes y apego
al Estado de derecho consagrado en la Constitución Nacional
Pero
hay algo que no puede estar ausente en un
sistema que pretenda ser verdaderamente democrático: La
justicia social.
¿Que
es justicia social?
Es un conjunto de
medidas que aseguran la igualdad de oportunidades, el
derecho a la vivienda, a la salud, al trabajo y a la educación. Es
el Estado el que debe garantizar esos derechos y además debe ser el
contrapeso ante las desigualdades sociales y promover políticas de
movilidad social ascendente y redistribuir la riqueza desde los
sectores concentrados de la economía hacía los sectores más
vulnerables de la población.
Esto solo sucedió en Argentina en
3 etapas: Desde el 4/06/1946 hasta el 16/09/1955, desde el
25/05/1973 hasta la muerte del General Perón, el 1/07/1974 y
finalmente desde el 25/05/2003 hasta el 10/12/2015.
Cuando asumió
el General Perón, quién contó con el complemento
vital de la Compañera Evita, se produjo
una transformación inédita de la realidad argentina. Perón marcó
un quiebre, fue un antes y un después en nuestra historia.
Perón
y Evita crearon una democracia popular dándole
el protagonismo a las mayorías populares, se
reconocieron sus derechos, se
crearon medidas para mejorar la calidad de vida de la gran mayoría
de los argentinos/as y tantos inmigrantes de todos los rincones del
mundo que solo conocían las privaciones y la explotación.
El
General nacionalizó los ferrocarriles y la industria asociada a
ellos, los teléfonos e impulsó Gas del Estado. Se realizaron 76.230
obras públicas y se promovió la
industrialización para satisfacer la
demanda interna y el consumo. Se
pusieron en marcha plantas siderúrgicas, refinerías de petróleo,
centrales hidroeléctricas, se creó la Comisión Nacional de Energía
Atómica y la flota mercante argentina pasó
a ser la tercera más importante del mundo mientras
que Aerolíneas Argentinas extendía sus alas por primera vez.
Todas estas medidas tendientes a poner en marcha un
país pujante con un sistema
productivo afianzado hizo que el país
lograra incrementar significativamente el ingreso de divisas.
Perón y Evita construyeron
8.000 escuelas, esto permitió que los niveles de analfabetismo que
estaban por las nubes se redujeran a tan
solo el 3% de la población. Se creó en 1948 la
Universidad Obrera Nacional que luego se convertiría en la
Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y
el
22/11/1949 a través del decreto 29.337 el presidente Juan Domingo
Perón suspendió el cobro de los aranceles universitarios. Un hecho
histórico, dado que el carácter gratuito de la universidad pública
se ha convertido en uno de los pilares del sistema educativo nacional
hasta nuestros días. Miles de hijos e hijas de obreros y obreras se
convierten en profesionales. Yo creo que aquí está la garantía de
continuidad de la movilidad ascendente en Argentina y lo que aún nos
diferencia del resto de los países de la región. En ellos, acceden
a la universidad los hijos e hijas de la elite. Así se renueva el
constante circulo de dominación porque solo los descendientes de las
clases dominantes llegan a puestos claves, tanto en el Estado como
en el sector privado.
Perón
y Evita construyeron 500.000 viviendas en 9 años de gobierno
que benefició a unas 5 millones de personas.
El peronismo desde
el Estado protegió fundamentalmente a la clase trabajadora creando
los tribunales de trabajo para evitar los
abusos de la patronal.
Las conquistas y derechos de los
trabajadores/as (incluidos los agrarios),
de los jubilado/as y de
los niños/as se convirtieron en leyes que
permanecen vigentes a pesar de los innumerables intentos de la
oligarquía por suprimirlos a través de golpes de estado y
de gobiernos civiles títeres.
Pero hay algo que no se
puede dejar de resaltar: Antes de Perón y Evita solo votaba la mitad
de la población, las mujeres no tenían derecho al sufragio. Gracias
a los grandes emancipadores de nuestra historia
moderna, las argentinas pudieron votar, decidir el futuro de
la Nación y participar activamente en
política.
La oligarquía no soportó la
revolución democrática peronista, maldijo a Evita, la persiguió aún
después de su muerte y derrocó al General
Perón a través de un golpe militar que lo
condenó a un exilio de 17 años. Fue en esta etapa en donde la
oligarquía creó el monstruo que aún nos sigue atormentando:
La democracia burguesa o dictadura encubierta.
Lenin decía: “La
democracia burguesa es un inmenso progreso histórico en comparación
con el feudalismo, pero no olviden ni por un
solo instante el carácter burgués de esa aparente
democracia, su carácter convencional y limitado en el plano
histórico, y no olviden que incluso en la república más
democrática, y no sólo en las monarquías, el Estado muchas veces
termina siendo una máquina para la opresión de una clase por otra".
Los marxistas creen que la superación de esa dictadura se da a
través de otra, la del
proletariado, y agregan: “Solo la
dictadura del proletariado puede liberar a la humanidad del yugo del
capital, de la mentira, de la falsedad y de
la hipocresía de la democracia burguesa".
Yo como peronista
creo que la solución no pasa por sustituir una
dictadura con otra. Además la historia demostró que en el mundo
socialista, el poder no estuvo nunca en manos del proletariado y si
en los de una oligarquía política y burocrática. Los peronistas
creemos que la superación a esa dictadura
es a través de la democracia
popular.
Hace poco un amigo me pasó
un artículo muy interesante de un historiador mexicano que
desconocía, Felipe Echenique, que define a la democracia burguesa
“como instrumento político de dominación y sujeción para
mantener las cuotas de reproducción social en niveles cada vez más
bajos”
La democracia burguesa es una falsa
democracia porque que no asegura representatividad
popular a través del
voto, ya que es una pantalla para disimular
que el poder real está en manos de la oligarquía y en donde
los poderes del Estado se suelen convertir en
engranajes de una maquinaria que defiende los intereses de las
clases dominantes. Esta dictadura encubierta le
otorga plenas libertades a unos pocos, y
para lograrlo debe oprimir a las
mayorías populares.
A mi entender, la
democracia burguesa empezó en el gobierno
de Frondizi y se afianzó en el de Illia.
Gobiernos que se sostuvieron amparándose en las medidas sociales del
peronismo, al que mantuvieron proscrito, y
que fueron verdaderos monigotes de la
oligarquía que les impuso sus recetas
económicas. Cuando está decidió que sus empleados civiles no
tenían más utilidad se acabó la farsa de
la “democracia escenográfica” y se
volvió a la tradicional
dictadura cívico-militar.
Luego de la asunción de
Cámpora se produjo el segundo intento de instauración de una
democracia popular.
Cuando el General Perón se
volvió a hacer cargo del poder intentó la implementación del Plan
Trienal para la Reconstrucción y la Liberación Nacional. El
programa expresaba una política de concertación entre los
trabajadores organizados, el Estado y los empresarios, que buscaba
mejorar la calidad de vida de los sectores populares y se proponía
“que el dinamismo de la economía se vaya trasladando de los
monopolios extranjeros hacia el conjunto del sector productivo
nacional, el Estado y los empresarios nacionales”. El programa
buscaba estimular el desarrollo del sector privado nacional para
equilibrar el poder económico del capital extranjero y de la
naciente “oligarquía nacional industrial y
productiva”, que sería la antítesis de la
oligarquía agroexportadora, para poder revertir el proceso de
desnacionalización y dependencia a partir de la promoción del
desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, las cuales actuarían
como agentes de cambio y de promoción en numerosos sectores y en
determinadas regiones del país. También se buscó compatibilizar la
acumulación de capital con una distribución del ingreso más
equitativa.
Yo interpreto que el General Perón
con Ber Gelbard al frente del Ministerio de Economía buscó quitarle
poder económico a la oligarquía. El problema argentino siempre
radicó en ese punto. La oligarquía puede
perder de forma temporal el poder político pero nunca pierde
el poder económico, que en definitiva es el más importante porque
lleva a conquistar el primero más
allá de las voluntades del pueblo.
El pacto social no se logró
a causa de las pujas dentro del mismo movimiento
entre el idealismo de izquierda y la ortodoxia
reaccionaria.. Además la
muerte del General y la falta de un sucesor político que tuviera la
representación necesaria para llevar adelante los cambios también
fueron condicionantes para un nuevo fracaso a la hora instaurar una
democracia popular.
La oligarquía volvió a tomar el poder
mediante un golpe cívico-militar e implantó el neoliberalismo en el
país de la manera más feroz, atroz e
inimaginable. El modelo económico se impuso a través del terrorismo
de Estado que asesinó a 30.000 argentinos y argentinas.
Luego, sucedió
el “cambio cíclico” que se produce cuando las dictaduras
se vuelven impopulares y la oligarquía las
reemplaza con la democracia burguesa pero manteniendo las medidas
económicas de saqueo y exclusión impuestas por
las dictaduras. El gobierno de Alfonsín, más allá de sus
buenas intenciones e intentos, tampoco pudo escapar a eso.
El menemato fue la
profundización del modelo económico de la última
dictadura genocida disimulado mediante
una democracia burguesa con fachada popular
que llevó al país al colapso en 2001 luego del fracaso de la
primera Alianza Neoliberal Conservadora liderada por
uno de los peores títeres al
servicio de la oligarquía, el radical Fernando de la Rúa.
Los 12 años de Néstor y
Cristina fueron la continuidad histórica del peronismo y
el tercer intento por instaurar una democracia popular.
Con defectos y virtudes el kirchnerismo volvió a ejercer el
peronismo desde la gestión. Parecía
que el tercer intento sería el definitivo y que por fin el peronismo
sería de forma permanente "el hecho
maldito del país burgués".
Pero en 2015 tuvimos
una nueva frustración, la oligarquía que jamás dejo de
ostentar el poder económico volvió a conquistar
el poder político. Gracias a sus medios hegemónicos de comunicación
y la cooptación de la justicia, además de los
errores evitables cometidos por nuestro propio espacio, los esbirros
del poder real lograron copar nuevamente el
Estado y volvieron a instaurar una
democracia burguesa que resguarda la impunidad de las clases
dominantes oprimiendo "con una escenografía payasesca posmodernista
y un
relato publicano" a las clases
populares. La defensa de los privilegios de
clase acomodada se
volvió una política de Estado a través
de recetas económicas basadas en el ajuste, la redistribución a la
inversa de la riqueza, el endeudamiento, la quita de derechos y
conquistas y la implantación de un modelo que enriquece aún más a
los ricos y empobrece aún más a los pobres. El
desgobierno de la segunda parte de la Alianza Neoliberal
Conservadora, que a diferencia de la primera versión que tuvo
como "presidente" a un empleado del poder real, le
otorgó el poder político a uno de los suyos, Mauricio Macri, dejó
como resultado tierra arrasada y un marcado retroceso en la calidad
institucional.
La segunda versión de
la Alianza volvió a fracasar dejando al país
en ruinas, con un nivel de endeudamiento inédito
y con un polvorín económico y social que no estalló gracias
a las medidas de ayuda social que dejó el peronismo/kirchnerismo.
El 10/12/2019 todos y todas
renovamos las esperanzas y pensamos que comenzaba un nuevo intento de
democracia popular. La destrucción
macrista y en especial la reciente pandemia de coronavirus nos
complicó de manera inimaginada el intento.
Sigo creyendo que el gobierno de Alberto Fernández tiene la
intención de intentar volver a una democracia popular,
aunque algunas actitudes como la falta de
firmeza que noto en el Gobierno Nacional me
hacen dudar, pero aún no dejé de confiar.
No puedo dejar de tener en cuenta la
situación absolutamente compleja y extraordinaria que estamos
viviendo como un condicionante transitorio. Al
menos eso quiero creer.
Finalmente y a modo de
conclusión voy a insistir con algo que entendí después de años de
repasar nuestra historia y de largos
debates con admirados y respetados profesores/as
en la facultad y con queridos compañeros/as que me
enriquecieron con su experiencia militante. Solo se puede conciliar
con los que crean en una democracia popular
y no con los exponentes de la democracia burguesa. Podemos no estar
de acuerdo y hasta pensar diferente pero si tenemos como
meta la implementación de esa verdadera
democracia, hay posibilidades de una verdadero
frente que sirva para enfrentar al adversario oligarca. Con
ellos no se puede “concertar”, hay que
menguar su poder para que las mayorías populares tengan la
posibilidad de salir de la marginalidad, la explotación y puedan
volver a sentirse parte del devenir nacional.
El
peronismo no pretende que los ricos dejen de serlo,
el que invierte de forma productiva tiene derecho
a percibir su merecida ganancia y no solo
aquellos que apuestan a la especulación. La democracia popular
es el mejor sistema para resguardar
al sector productivo que es la
primera víctima de la democracia
burguesa. ¿Cuántas pequeñas
y medianas empresas cerraron durante el gobierno de Mauricio
Macri? Empresas que son las que cubren la mayor parte de la demanda
de empleo en Argentina.
El peronismo, al
contrario de lo que muchos/as piensan, es el gran defensor del
sector privado y productivo. Nosotros
concebimos al empleo formal como la única
posibilidad de movilidad social ascendente y solo la iniciativa
privada tiene la capacidad para crear empleo
genuino. Concebimos al Estado como aquel que crea las condiciones
para que esto sea posible y que ejerza de
contención ante las desmesuras del mercado.
Para finalizar, si queremos
llegar a esa realidad necesitamos terminar
definitivamente con democracia burguesa y
animarnos a "transformar" en vez de conformarnos con
reformar lo que la oligarquía “benévolamente”
permita.
Toda transformación tiene como consecuencia
feroces resistencias, sobre todo la de aquellos que no están
dispuestos a perder privilegios, pero si
realmente queremos un país diferente tenemos que estar dispuestos a
enfrentarlos y a dar la batalla ideológica y
cultural que haga falta para lograr imponer un sistema que
beneficie a todos y todas.
Espero que aquellos/as
a los que voté y que hoy me representan empiecen a encarar esta
tarea lo antes posible. Yo no voté reformismo ni “conciliación”
con los saqueadores. Tampoco voté a un espacio “social demócrata”
que en definitiva es una democracia burguesa edulcorada
con asistencialismo, voté transformación, esa que solo puede
llevar adelante el peronismo con la ayuda de sectores combativos (que
pueden no ser peronistas) pero que también
tienen por meta la definitiva instauración de una democracia popular
en Argentina.
Muy bueno tu analisis de las democracias populares,yo vote x lo mismo q votaste vos espero la tranformacion y confio en que este gobierno con Cristina participando lo puede lograr
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarSuscribo la totalidad de lo expresado, compañero. Hasta los temores y dudas.
ResponderEliminarMuchas graacias!
EliminarExelente, muy bien explicado ✌️ tiene un 10 👏👏👏
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarTano te admiro xq pones en palabras finitas lo que pensamos los peronistas, además hoy no me cuadra que paguen eñ aguinaldo que me dió el general 3n cuatas y, duden en poner impuestos a las grandes riquezas.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarExelente tu reseña historica politica y doctrinaria, tambien me parece que demostras que hay cosas mas importantes que un bombo y una marcha hermosa pero parece que a muchos solo les interesa eso y el poder pero no la profundidad de la doctrina justicialistas.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarMuy bueno, admirable lo agradable e interesante que haces el analisis.... realmente un placer leerte. Además de coincidir con lo que compartis. Anrazo!
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarCoincido. El tema, a mi entender, sigue siendo el pueblo. Sin crecimiento, sin conocimiento de la realidad de los actores, seguirá siendo acarreado x el viento.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarImpecable analisis como siempre !!!! Ojala demos en algun momento continuidad a la emancipacion definitiva !!!Abrazo
ResponderEliminar¡Muchas gracias Darito!
EliminarGracias Tano !!
ResponderEliminarImpecable análisis y descripción de la democracia popular que esperamos !!
¡Muchas gracias!
EliminarExcelente, es lo que pensamos tantos y tantas kumpas, por momentos oscilo entre el entusiasmo y la decepción, el anuncio de la reforma judicial, el impuesto a las grandes fortunas, la reforma tributaria, expropiación de Vicentin me llenaban de alegría, pero a renglón seguido el cambio de discurso, la demora o cajonero de las mismas medida me hacen pensar que mientras sigamos manteniendo el Status Quo vigente la transformación verdadera no se darà y será una democracia formal y reformista más.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarCompañero excelente dónde puedo buscar más publicaciones tuyas
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarExcelente publicación Tano, una pieza de estudio histórico y social, reivindicó los postulados del peronismo como único movimiento popular capaz de vencer a la burguesía y volver a un estado con justicia social.
EliminarExcelente publicación Tano, una pieza de estudio histórico y social, reivindicó los postulados del peronismo como único movimiento popular capaz de vencer a la burguesía y volver a un estado con justicia social.
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