sábado, 6 de agosto de 2016

Un mar de intolerancia



Mar del Plata, conocida como "La perla del Atlántico" o la "Ciudad Feliz" se fue convirtiendo inexplicablemente en la ciudad de la intolerancia en donde pululan patotas fascistas/neonazis que ejercen impunemente la violencia contra todos aquellos considerados por ellos indeseables e inferiores. 
A partir de 1888 cuando llego el ferrocarril, la ciudad se transformó en el destino turístico preferido de la aristocracia argentina.
En 1889 se construyó el Bristol Hotel y en los primeros años del siglo XX el balneario del mismo nombre. Mar del Plata fue una ciudad elitista hasta la llegada de Juan Domingo Perón a la presidencia en 1946. 
Gracias a los derechos que el General Perón y la querida e inolvidable Evita le otorgaron a los trabajadores (el descanso es un derecho) la ciudad pasó a ser patrimonio popular. La cada vez más numerosa clase media también se asentó en Mar del Plata adquiriendo casas y departamentos de veraneo. 
La fisonomía de Mar del Plata cambió para siempre convirtiéndose en el símbolo de la movilidad social ascendente. 
Así permaneció la ciudad a pesar de las idas y vueltas de la historia argentina hasta que recientemente una epidemia de intolerancia se expandió de forma rápida y peligrosa por La Feliz.
En los últimos 5 años las bandas delictivas de ultraderecha atacaron a más de 50 personas en Mar del Plata. 
Pero todo empeoró con la asunción del nuevo intendente de la ciudad, Carlos Fernando Arroyo perteneciente a "Cambiemos".
Este personaje de inocultable ideología neonazi esta sospechado de alentar, financiar y hasta liberar zonas para que estos terroristas, psicópatas y asociales puedan cometer sus delitos con total impunidad.

Dentro del modus operandi de estos delincuentes podemos encontrar feroces golpizas contra miembros de la comunidad gay y mujeres que ejercen la prostitución como así también trans, ataques contra sedes de colectividades (en especial judía y boliviana) y locales de partidos de izquierda, pintadas nazis (esvásticas) y frases agraviantes contra las minorías en paredes de edificios públicos, irrupción en bares y locales bailables de delincuentes armados con caños de PVC, armas utilizadas en la práctica de artes marciales, bates de béisbol y hasta en algunos casos armas de fuego de bajo calibre.

Hace pocas horas se produjo una amenaza de bomba contra el hotel en el que se encontraba la querida Hebe de Bonafini, "en 10 minutos va a volar el hotel y van a morir todos esos montoneros de mierda" dijo una voz anónima por teléfono. Por suerte no se encontró ningún explosivo en el lugar. 
Algunas de las bandas neonazis manifiestan abiertamente su apoyo a Cambiemos, otros sólo buscan hacer de la ciudad un sitio de la "resistencia Identitaria y Europeista" pero a todas las caracteriza su accionar impune.

Algunas de estas bandas son: 



FONAPA-La Giachino: es una organización ultranacionalista, involucrada en numerosos delitos de odio y actos violentos cuyo líder es Carlos Gustavo Pampillón 
Bandera Negra: es otra organización fascista marplatense cuyo líder es Alan Olea. Su objetivo actual es reclutar menores en las puertas de las escuelas a quienes atraen por su grupo musical de Rock Anti Comunista de nombre "Six Millon More" (seis millones más) en alusión al holocausto judío. 
Banda del Rusito: se dedica fundamentalmente a atacar físicamente a personas por su género, orientación sexual, nacionalidad, ideología o religión.

No sería posible que estos grupos proliferaran sin la "ayuda" del municipio y en especial de la policía. No es extraño que estas hordas de dementes asolen la ciudad cuando su intendente dijo públicamente que "los bolivianos solo sirven para plantar lechuga y traficar droga". En otra oportunidad defendió a la última dictadura genocida diciendo que "en la época de Videla se vivía mejor y la gente salía tranquila a la calle". 
Las causas que llevaron a que una ciudad conocida por la calidez de su gente y la tolerancia a la diversidad empezara a padecer esta realidad son diversas.
¿Que llevo a los marplatenses a votar por un candidato como Arroyo que es un neonazi reconocido? Quizás encontremos la respuesta tras el debate profundo que los argentinos estamos necesitando con urgencia.
Para concluir, creo que Mar del Plata es un síntoma más de esta Argentina enferma en la que vivimos a partir del 10 de diciembre de 2015. Un país caracterizado por el individualismo, el clasismo, la xenofobia, el racismo y el revanchismo que caracteriza al desgobierno de Mauricio Macri.
No solo Mar del Plata fue una ciudad feliz, durante 12 años logramos expender la felicidad a cada rincón de nuestra querida patria. La tarea impostergable es volverla a recuperar.