El conflicto Palestino-Israelí
El
sionismo surgió en Europa a finales del siglo XIX. Su principal
impulsor fue el periodista astrohúngaro Teodoro Herzl, quien pensó
que la única forma que el pueblo judío tenía para terminar con una
persecución que llevaba varios siglos era a través de la creación
de un Estado judío que solo fuera habitado por judíos. La Biblia
inclinó la balanza para la elección de Palestina, una zona que por
entonces estaba bajo el dominio turco otomano. Según los teóricos
del sionismo, el pueblo judío tenía un derecho divino sobre esa
tierra y las sagradas escrituras era la prueba.
La
idea de Herzl no fue aceptada por la totalidad de los judíos
europeos, muchos pensaron que el socialismo era el camino para
detener la persecución dado que dicha ideología imagina un mundo
basado en la igualdad en donde lo importante es la identidad de clase
(la proletaria) y eso haría que cualquier diferencia étnica o
religiosa fuera superada.
A
raíz de los pogromos, matanzas salvajes sufridas por los judíos en
Rusia a finales del siglo XIX y comienzos del XX y del surgimiento de
los nacionalismos europeos que sirvieron de vectores del
antisemitismo, muchos decidieron emigrar a Palestina. En dicho lugar
ya existía una comunidad judía asentada que había convivido sin
grandes sobresaltos junto a la inmensa mayoría árabe. Al principio
los recién llegados no eran vistos como una amenaza porque los
habitantes del aquella zona desconocían lo que sucedía en Europa y
por consiguiente las intenciones del sionismo.
Luego
de la Primera Mundial, el Imperio Turco Otomano, que estuvo del lado
de los vencidos en la gran contienda, dejó de existir dando
lugar a la creación de la Turquía moderna. Las tierras que estaban
en manos imperiales otomanas fueron repartidas entre ingleses y
franceses.
Las
grandes potencias de la época, triunfadoras en la guerra,
tomaron el control de Medio Oriente y el norte de África. Inglaterra
se quedó con Egipto, Palestina, Jordania, Irak, los actuales
Emiratos Árabes Unidos, Catar y Kuwait, mientras que Francia hizo lo
propio con Siria, Líbano, Argelia, Túnez y una parte de Marruecos.
Las
potencias se hicieron con los recursos naturales de la zona, en
especial el petróleo y para lograrlo dividieron al mundo árabe en
varios países que fueron controlados a través de monarquías
títeres. Así nacieron los actuales países de dicha región. Pero
Palestina seguía estando bajo el mandato inglés y cada vez llegaban
más judíos para asentarse allí, la mayoría árabe comenzó a
percibirlos como una amenaza concreta. La visión sionista contaba
con el aporte financiero de capitales de judíos norteamericanos que
le compraban tierras a terratenientes árabes para dárselas a los
judíos que quisieran establecerse allí. Pero algo estaba a punto de
suceder, la llegada al poder del nazismo en Alemania, la Segunda
Guerra Mundial y el Holocausto del pueblo judío. Los árabes
palestinos no imaginaron que ese holocausto se convertiría en una
tragedia para ellos.
Los
6 millones de judíos asesinados por la maquinaria nazi genocida
cambiaron el mundo para siempre y en especial para los árabes
palestinos. La recientemente creada ONU aprobó la creación del
Estado Israel en 1948 haciendo realidad el sueño de Herzl de un
estado judío para los judíos. El problema es que el nuevo estado se
estableció en una tierra habitada mayoritariamente por árabes.
Luego de creado el nuevo Estado judío, estos seguían siendo minoría
respecto de los árabes, el choque entre ambos pueblos fue imposible
de frenar.
Los
Estados árabes circundantes no soportaron la idea de un Estado judío
enclavado en medio de sus dominios. Siria, Egipto y Jordania atacaron
al recién nacido Israel pero fueron derrotados. Israel conquistó
nuevas tierras y miles de palestinos debieron dejar sus hogares para
dirigirse a territorio árabe. El fin de las hostilidades dejaron al
bando perdedor humillado y en control de pequeñas porciones de
tierra. Egipto se quedó con la Franja de Gaza y Jordania con
Cisjordania y con la parte oriental de Jerusalén.
Una
coalición entre Francia, Inglaterra e Israel derrotaron a Egipto en
1956 en la Guerra del Sinaí. Los palestinos en el exilio, influidos
por el nacionalismo árabe liderado por Nasser vieron frustradas sus
pretensiones de recuperar los territorios de los que fueron
expulsados.
La
nueva y humillante derrota árabe en la Guerra de los Seis días en
1967 produjo en el mundo árabe un efecto moral devastador. La
derrota aún hoy sigue siendo conocida como “Naksa” que significa
“el revés”, mientras que para los palestinos fue una absoluta
decepción. Comenzaron a pensar que la liberación de Palestina no
podía ser realizada por los países árabes por falta de capacidad,
actitud o por simple desinterés.
Aprovechándose
de la victoria Israel ocupó todo el territorio palestino que estaba
bajo el antiguo mandato británico, se apoderó de Cisjordania y Jerusalén oriental que
estaban bajo el control de Jordania y la Franja de Gaza que le
pertenecía a Egipto que además perdió la península del Sinaí.
Israel también se quedó con parte del territorio sirio con la
ocupación del Golán.
Las
Naciones Unidas a través de la resolución 242 estableció que
Israel debía retirarse de todos los territorios que había ocupado
en la guerra de 1967 y volver a la “línea verde” establecida
luego del alto al fuego de 1949. El Estado Israelí hizo caso omiso a
dicha resolución y hasta la actualidad, salvo la península del
Sinaí, sigue ocupando los territorios.
La
Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fundada en 1964
con el apoyo de la Liga Árabe comenzó a realizar acciones
guerrilleras y terroristas contra el Estado de Israel desde
territorio jordano. La reacción israelí no se hizo esperar y
bombardeó los campamentos palestinos en Jordania. La situación
enfureció al rey Hussein que envió a su ejército a aniquilar a la
guerrilla palestina establecida en su territorio. La OLP estaba desde
1969 bajo el liderazgo de Yasser Arafat (fundador de Al Fatah en
Kuwait en 1958, faccíon mayoritaria dentro de la organización). La
ofensiva jordana contra la OLP comenzó en septiembre de 1970 y duró
hasta julio de 1971 con la victoria del ejército de Hussein. Los
combatientes palestinos liderados por Arafat tuvieron que huir hacia
Siria, desde donde fueron expulsados por enemistades con Háfez
al-Ásad , para refugiarse finalmente en Líbano. Los palestinos
percibieron que solo podían contar con ellos mismos a la hora de
recuperar las tierras que les fueron arrebatadas dado que comenzaron
a tener muchas fricciones e intereses contrapuestos con el mundo
árabe.
La
percepción palestina se ratificó cuando Israel volvió a derrotar a
la coalición árabe en la Guerra de Yom Kipur en 1973. Esta nueva
humillación al orgullo árabe tuvo como resultado el tratado de paz
firmado en 1979 por el presidente egipcio Anwar el-Sadat y el primer
ministro israelí Menájem Benguín. Para alcanzar dicho acuerdo
Israel le devolvió a Egipto el Sinaí y este fue el primer país
árabe en reconocer al Estado de Israel. Anwar se ganó el desdén
del mundo árabe siendo asesinado por yihadistas durante un desfile
militar el 6/10/1981.
Una
de las acciones más recordadas y desgracias de la resistencia
palestina contra la ocupación israelí fue la realizada por la
organización terrorista “Septiembre Negro” (en alusión a los
hechos ocurridos en Jordania en septiembre de 1970), que tenía nexos
con la OLP, durante los Juegos Olímpicos realizados en Múnich en
1972. La organización secuestró a varios atletas israelíes con el
fin de causar impacto a nivel mundial y visibilizar la causa
palestina. El hecho terminó trágicamente, 11 atletas fueron
asesinados, la policía alemana mató a 5 terroristas y
1 policía perdió la vida. Luego Israel lanzó una operación
secreta que eliminó a casi todos los ideólogos de la masacre de
Múnich.
En
1982 Israel decidió eliminar a la OLP en el sur de Líbano. El
5/06/1982 comenzó la invasión israelí, arrasando con
pueblos enteros y llegando a ocupar Beirut con el objetivo de
eliminar los campamentos de la OLP. La cúpula de dicha organización
y muchos combatientes tuvieron que huir y refugiarse en Túnez. La
masacre de refugiados palestinos realizada por las milicias
cristianas en Sabra y Chatila fue apoyada por el ejército israelí.
El baño de sangre duró tres días en donde entre 2000 y 5000
palestinos (incluidos ancianos, mujeres y niños) fueron masacrados
sin piedad.
Israel
logró desplazar del sur del Líbano a la OLP pero su estrategia
terminaría siendo
perjudicial a mediano plazo porque el lugar fue ocupado por Hezbolá
(Partido de Dios). La organización fue fundada por chiitas
libaneses inspirados en la Revolución Islámica en Irán de 1979 y
en respuesta a mas de los 20.000 muertos que dejó la ocupación
israelí de 1982. La nueva organización de resistencia chií
derrotó al poderoso ejercito israelí en la Guerra de los 33 Días
en donde logró expulsar a las tropas invasoras del Líbano en 2006.
Los
palestinos bajo la ocupación israelí decidieron encarar la lucha
por su cuenta, por la ineficacia que detectaban en los líderes de la
OLP que preferían la negociación a la confrontación. Con la
revuelta palestina de 1987, conocida como “la primer intifada”
aparece en escena Hamás (Movimiento de Resistencia Islámico) que no
creía en la negociación y si en la lucha armada como forma de
recuperar el territorio perdido. El brazo armado de Hamás se denominó
“Issadim al Kassam” y fue concebido para luchar contra la
ocupación israelí en la Franja de Gaza y Cisjordania. El
nacionalismo laico de la OLP perdió terreno ante la yihad propuesta
por Hamás.
Ante
este nuevo y radical enemigo, Israel intentó negociar con la moderada
OLP, surgiendo así los acuerdos de Oslo en 1993 que llevaron al
asesinato de Rabin y a la creación de la Autoridad Nacional Palestina
(ANP) que funciona hasta ala actualidad como una especie de
“autogobierno” palestino en Gaza y Cisjordania. Una falacia,
porque el verdadero control de dichos territorios lo sigue ejerciendo
Israel.
Los
territorios ocupados se convirtieron en verdaderos guetos, en
especial la Franja de Gaza, un territorio de pequeñas dimensiones en
donde los palestinos viven hacinados y bajo constante ataque israelí
que con el pretexto de “combatir” a los miembros del brazo militar
de Hamás, bombardea y destroza la infraestructura del territorio.
Hospitales, escuelas, edificios gubernamentales y plantas
potabilizadoras de agua son los blancos predilectos de la fuerza
aérea israelí. Hay que aclarar que los palestinos están confinados
a Gaza y Cisjordania, territorios separados entre si, por lo que si
un palestino que vive en Gaza quiere ir a visitar a otro en
Cisjordania debe pasar por suelo israelí y ser sometido a un sin fin
de controles, vejaciones y al “humor” de los soldados israelíes
para saber si se les permitirá o no seguir el trayecto. Lo mismo
ocurre con los palestinos que trabajan en territorio israelí.
La
nación palestina no existe, es una falacia, en realidad son guetos
disimulados dentro de Israel. Los palestinos son ciudadanos de
segunda a los que se los desplazó de su propia tierra. Israel ejerce
sobre Gaza y Cisjordania una especie de colonialismo que a mi
entender tiene características idénticas al extinto Apartheid
sudafricano, basado en la segregación y la discriminación.
Esta
actitud supremacista, que se acentúa cuando la derecha gobierna en
Israel, trae como resultado el accionar terrorista de los oprimidos
ante la disparidad de fuerzas entre ambos bandos. El ejército
israelí es uno de los mas poderosos del mundo y cuenta con el apoyo
incondicional de Estados Unidos, mientras que del otro lado solo hay
combatientes con armamento rudimentario si lo comparamos con el
equipamiento de un soldado israelí.
El
supremacismo de la derecha israelí es muy parecido al concepto nazi
de “raza superior”. Las similitudes son evidentes porque se basan
en la “superioridad racial/moral”, el derecho divino a poseer un
territorio” y “la anexión constante de territorio", similar al
concepto nazi de “lebensraum” (espacio vital). No hay que olvidar
que el título de propiedad esgrimido por el sionismo tiene como base
de sustentación “la biblia”. Durante los últimos siglos los
judíos fueron una minoría dentro de la población del territorio
conocido como Palestina, previo a la fundación del Estado de Israel.
El
sionismo fundó un Estado judío solo para judíos en un territorio
que ya estaba habitado. Esa concepción implica la imposibilidad de
coexistir con los que no son judíos, en este caso los árabes
palestinos, dentro de los cuales no solo hay musulmanes, también hay
cristianos.
Para
fundar el Estado expulsaron a miles de palestinos de sus hogares, los
que comenzaron a deambular como refugiados en los países árabes
vecinos porque hasta el día de hoy se les impide el regreso a su
tierra. Los palestinos que actualmente viven en Gaza y Cisjordania
son en su mayoría los descendientes de los que se atrevieron a
quedarse a pesar del avance de la colonización israelí. Los colonos
israelíes siguen ocupando territorio palestino cuando la ONU lo
considera ilegal. Claramente al ser el principal aliado del
imperialismo yanqui en Medio Oriente, Israel goza de la impunidad
derivada del derecho a veto de Estados Unidos por ser un miembro
permanente del Consejo de Seguridad de la ONU junto a Rusia, Francia,
Inglaterra, y China.
La
intención del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, uno de
los exponentes más recalcitrantes de la extrema derecha racista y
supremacista israelí, de anexar grandes extensiones de territorio
cisjordano solo agravó un conflicto que lleva más de 72 años. Son
ya mas de siete décadas de un genocidio oculto al que se viene
sometiendo al pueblo palestino, que como el judío tiene derecho a
existir y a vivir en paz en su tierra ancestral.
Es
importante aclarar que judaísmo no es sinónimo de sionismo, muchos
judíos y judías, dentro del Estado de Israel y fuera de el, están a
favor de coexistir en paz con los palestinos y se manifiestan en
contra de la actitud beligerante, colonialista, racista e
imperialista que el gobierno de Netanyahu ejerce en Gaza y
Cisjordania. Muchos/as de los que se empecinan en igualar sionismo a
judaísmo son antisemitas disimulados. La generalización es un
síntoma claro de esa enfermedad llamada “fascismo”, decir que
judaísmo y sionismo son sinónimos es una burrada mayúscula, algo
así como decir que islam es sinónimo de radicalismo o yihadismo.
La
solución está al alcance de la mano y solo basta con copiar el
modelo de integración que encaró Sudáfrica con la llegada de
Nelson Mandela a la presidencia. Israel podría convertirse en un
estado integracionista en donde judíos y árabes palestinos vivan en
paz, tengan igualdad ante la ley y gocen de los mismos derechos sin
importar la religión que profesen.
Jerusalén
es una ciudad sagrada para judíos, musulmanes y cristianos. Según
la tradición cristiana en dicha ciudad predicó Jesús, hizo
milagros, expulsó a los mercaderes del templo, murió, fue
enterrado, resucitó y ascendió al cielo.
Para
los judíos es su ciudad ancestral y espiritual, el corazón de los
reinos de David y Salomón, el emplazamiento del templo sagrado en
donde hoy se ubica el muro de los lamentos.
Para
los musulmanes Jerusalén es una de las tres ciudades sagradas junto
a La Meca y Medina. Mahoma visitó la ciudad montado sobre Al-Buraq
una noche del siglo VII para reunirse con otros profetas como
Abraham, Moises y Jesús. En la ciudad esta la Cúpula de la Roca, la
mezquita de Al-Aqsa, desde donde se creé que Mahoma ascendió al
cielo para visitar a Alá.
Más
allá de las diferentes tradiciones, la ciudad fue durante siglos un
lugar multicultural, de pacífica convivencia y un ejemplo de
tolerancia. No hace falta un milagro ni la intervención divina para
que lo vuelva a ser y que se haga extensivo a todo el territorio que
hoy forma parte del Estado de Israel, incluyendo a la Franja de Gaza
y Cisjordania. Reitero, no hace falta un milagro, depende de un deseo
terrenal.
¿Cuando
se concretará ese deseo?
Excelente.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarBuenisimo, de verdad...como de costumbre!!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarFelicitaciones excelente sintesis
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarExcelente tano !!!! Un conflicto eterno !!!! Muy bien resumido y claro!!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias Darito!
Eliminar¡Muchas gracias!
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