El frentismo, la génesis del peronismo
Muchos
compañeros y compañeras peronistas
aún siguen sin entender que nuestro movimiento nació como un frente
y que aún sigue siéndolo. Como tal, se nutre de varias ideologías
que muchas veces pueden tener fricciones entre sí. Hay diferentes
formas de llegar a un objetivo pero el mismo debe ser compartido por
todos los espacios que integran el frente.
En
1946 el General Perón llegó al gobierno compartiendo fórmula con
Hortensio Quijano, que pertenecía a la UCR-Junta Renovadora, un
frente que también estuvo integrado por el Partido Independiente
cuya ideología era el conservadurismo popular, siendo sus
principales dirigentes el general Velazco, el contralmirante Teisaire
y Héctor Cámpora. También hicieron un invalorable aporte sectores
independientes como FORJA (corriente escindida de la UCR) que tuvo
exponentes de la calidad de Arturo Jauretche, Homero Manzi y Raúl
Scalabrini Ortiz.
Todas estas corrientes ideológicas fueron la génesis del peronismo y con el devenir de los años ese origen frentista se fue afianzando para enfrentar a las diferentes alianzas conservadoras-oligarcas, como sucedió en 1946 con la Unión Democrática, que estuvo integrada por la UCR Antipersonalista, el socialismo, el Partido Comunista y los demócratas progresistas, apadrinados todos por el imperialismo yanqui.
Héctor
Cámpora llegó
el poder el 25/05/1973 como paso previo para que el General Perón
volviera a ejercer la presidencia. Eso fue posible gracias al Frente
Justicialista de Liberación (FREJULI), un frente compuesto por peronistas,
conservadores populares, socialistas, radicales yrigoyenistas,
demócratas cristianos, desarrollistas, nacionalistas católicos y
comunistas.
La
oligarquía, constantemente quiere adueñarse del poder político que
le permite impunidad para imponer sus minoritarios intereses, y también se vale de alianzas para ganar elecciones. Se
calzan el disfraz “popular” cooptando las estructuras partidarias
de los partidos tradicionales, como sucedió en el 2015 con Cambiemos.
El
PRO, un pequeño espacio neoliberal conservador de características
vecinalistas, llegó al poder gracias a la alianza con la UCR. El
radicalismo le dio territorialidad y por consiguiente proyección
nacional. Una vez en el poder y más allá del blindaje mediático y
judicial, fue la alianza con la UCR y el apoyo que le brindaron
algunos sectores díscolos del peronismo conservador lo que le dio al macrismo gobernabilidad. De no ser por la alianza con el
radicalismo Mauricio Macri jamás hubiera sido "presidente" de la Nación.
Hemos
logrado continuar con aquel peronismo histórico que creíamos
extinto gracias a Néstor y Cristina. Los maravillosos años vividos
entre el 2003 y el 2015 fueron posibles gracias al Frente para la
Victoria. En esta nueva amplitud política también se logró sin mayores
dificultades la coexistencia dentro de la diversidad ideológica. Fue integrado por
peronistas, progresistas, radicales alfonsinistas y comunistas.
La
diversidad ideológica es fundamental para lograr un país con
justicia social, productivo, redistributivo y con movilidad social
ascendente. Pero es en este punto en donde surge un interrogante,
¿Que espacio es el que debe liderar la diversidad?
A
mi entender, la respuesta es clara, el peronismo. Mi postura no tiene
nada que ver con mi pertenencia partidaria/ideológica, que es peronista, surge de una realidad histórica.
Es
cierto que con el peronismo solo no alcanza pero no menos cierto es
que sin el peronismo es imposible llevar adelante las
transformaciones necesarias para que las mayorías populares no
terminen siendo oprimidas por los sectores concentrados de la
economía.
No
estoy de acuerdo con la visión del
progresismo o de la “social democracia”, más allá de no
oponerme al aporte que puedan dar, porque no dejan de ser
expresiones burguesas y reformistas que representan solo a una parte
de la población, generalmente a la que no tiene las necesidades
básicas insatisfechas. El peronismo en cambio es la única
posibilidad concreta para las mayorías trabajadoras y populares de
acceder a una mejor calidad de vida a partir de la incorporación de
derechos y conquistas. Los progresistas y social demócratas no se
sienten cómodos a la hora de molestar al poder real. Esto último lo
digo a título personal y a partir de la propia experiencia luego de
incontables debates a lo largo de los años.
Por
último surge otra pregunta, ¿Con que espacios hay que conformar un
frente? Como dije anteriormente, solo con aquellos con los que se
tenga un objetivo común, mas allá de no coincidir en las formas de
llegar a él. Generalmente esas discrepancias son fagocitadas por el
peronismo, por ser el único espacio que históricamente demostró
poder cambiar para bien la realidad de las mayorías populares desde
la gestión.
Alberto
y Cristina lograron llegar al poder a través de un nuevo frente, que
en esta oportunidad se llama Frente de Todos, una diversa coalición
integrada por el peronismo, el socialismo, la socialdemocracia, el
radicalismo yrigoyenista/alfonsinista, el comunismo, el
cooperativismo, el socialismo y el feminismo.
Si
el objetivo es claro, el frente no se romperá por discrepancias
ideológicas. Pero reitero, la conducción debe estar en manos del
peronismo que es el que realmente sabe defender los intereses
de las mayorías populares y soportar la presión ejercida por los
sectores concentrados que se resisten ferozmente a perder privilegios.
Un
frente en definitiva es una concertación entre sectores que buscan
implantar un modelo que incluya a todos y todas, inclusive se puede
concertar con espacios opositores que tengan como meta esta premisa
pero no así con aquellos sectores que tienen intereses contrapuestos
a los de la clase trabajadora porque es una insalvable contradicción
que atenta contra el objetivo buscado.
En
medio de la pandemia de coronavirus vemos el trabajo conjunto entre
el Gobierno Nacional y algunos exponentes de la alianza neoliberal
conservadora. Es una situación extraordinaria que amerita una acción
conjunta, pero no olvidemos que Larreta y algunos intendentes y
gobernadores pertenecientes a esa alianza responden a intereses
opuestos a los de las mayorías populares. Su jefe político es
Mauricio Macri, quién por 4 años gobernó a favor del poder
concentrado imponiendo recetas económicas que excluyeron a millones de argentinos y argentinas. Dejaron un país
devastado, endeudado y con una calidad institucional de bajísima
intensidad.
Con
estos personajes se puede trabajar en conjunto ante una situación
puntual y extraordinaria pero a futuro es imposible concertar con
ellos, a los sumo es viable negociar para lograr las transformaciones
que el país necesita.
La
lucha obrera no comenzó con el peronismo, los
anarquistas y los socialistas lucharon por décadas para lograr
reivindicaciones para la clase trabajadora. La división de la FORA
produjo retrocesos en este sentido, pero no se puede dejar de
destacar las leyes impulsadas por Alfredo Palacios, como la ley de
descanso dominical y la ley de protección de mujeres y niños en el
trabajo. A pesar de los esfuerzos, muchas de las reivindicaciones
propuestas por la clase obrera fueron desoídas y los proyectos de
ley cajoneados en el Congreso.
Con
la llegada del peronismo todas esas reivindicaciones fueron
escuchadas y convertidas en ley. El peronismo fue una verdadera
revolución que dio como resultado la definitiva emancipación de la
clase trabajadora, el nacimiento de la democracia popular basada en
la igualdad y lo que marcaría un antes y un después en la historia
argentina, constituyéndose en el hecho maldito del país burgués.
muy claro , y conciso
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarMuy bueno!siempre un placer leer!muy claro.
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EliminarExcelente!!!! para refrescar la memoria..
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarImpecablemente claro!!!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarApasionante
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
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